domingo, 6 de enero de 2008

sabe

Sabe, si alguna vez tus labios rojos

quema invisible atmósfera abrasada,

que el alma que hablar puede con los ojos

también puede besar con la mirada. (G. A. Bécquer)





Sabe, si alguna vez ecos lejanos

penetran, de mi voz, tus manos tibias,

que el alma que hablar puede con las manos

también puede besar con las caricias.