lunes, 31 de agosto de 2009

de gripe A y otros miedos

Como no tenemos bastante con un miedo, ahora nos atacan con otro. Al ya consabido y bien extendido de la gripe A (más extendido que la propia la pandemia), ahora nos atemorizan con los posibles efectos secundarios de la vacuna. Si preocupante es encontrarse con una amenaza, aún lo es más encontrarse entre dos miedos y tener que elegir entre ellos.
No se preocupen, elegirán por nosotros, que es la opción que más nos suele agradar. Así, pase lo que pase, no nos sentiremos culpables, aunque en ello nos vaya la propia vida. Ya hemos recordado alguna vez a Gandhi: "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena".
De aquí a que nos pongan o no (nos quieran poner o no) la vacuna, tendremos que seguir asistiendo a las más diversas escenas en este improvisado paripé de medios y gobiernos. Hasta ayer, el profesorado y el alumnado, estábamos entre los grupos a los que se administraría la vacuna. Hoy ya no, ni profesorado ni alumnado estamos entre los grupos de riesgo, solamente los niños con alguna enfermedad crónica. Y uno no sabe si entristecerse o alegrarse. En todo caso, ¡Qué más da!, si mañana nos contarán otra historia. Pasen....es gratis. (El virus, que es más inteligente que muchos animales racionales, se lo estará pasando de miedo).

viernes, 28 de agosto de 2009

de la gripe A y otras historias



Una de las tareas fundamentales del maestro es "deseducar" al alumnado. ¿De qué? Del comercio incesante que se encuentra, de la sociedad de consumo que literalmente le "consume" con la publicidad. Desvelar a los alumnos los "trucos" de la publicidad es abrirles los ojos a lo real, a lo que van a encontrar cuando devengan en adultos. Es una tarea difícil, pues nuestros medios son ínfimos comparados con los de las multinacionales y, más aún, nosotros mismos no estamos libres del asedio.
Se han empeñado medios de comunicación y gobiernos en meternos el miedo en el cuerpo con la nueva gripe conocida como gripe A. Nada hay más inquietante que cada día te ofrezcan datos de personas concretas que han fallecido por esa causa. 1,2,3...el goteo del miedo no para. Son personas reales, con nombre y apellidos, una edad, un peso, un trabajo, una ciudad, una familia. Si utilizasen esta estrategia en las campañas de tráfico los accidentes descenderían notablemente. Y, por otra parte, se imaginan que cada año nos ofrecieran así, con exactitud el número de fallecidos por la gripe común. En los informativos no se hablaría de otra cosa, dado que se llega a sobrepasar la cifra de 7.000 en nuestro país.
¿A quién le interesa este circo?, ¿A los políticos para no hablar de temas más delicados?, ¿A los medios para no perder audiencia?...
Tenemos "la vuelta al cole" presidida por este sambenito que nos han colgado en verano. En los claustros no se hablará de otra cosa, ni en los pasillos, ni en el café...Opiniones para todos los gustos, protocolos, vacunas,...Y mientras, la gripe común, la meningitis y cientos de enfermedades haciendo de las suyas. Es el dedo y la luna, no aprendemos. Eso sí, el miedo es libre.
Hace unos meses comentaba con los alumnos el caso de una niña asesinada. Todos conocían su nombre, su edad, reconocían su rostro y el de sus padres... Y todos, lógicamente se angustiaban con este caso. Lo cité el mismo día en que 25 inmigrantes africanos perdían la vida frente a nuestras costas. Más de la mitad eran niños, pero ninguno conocíamos su nombre, ni su rostro...
Estos enlaces quizá os aclaren algo:

lunes, 17 de agosto de 2009

agresiones a los profesores...¿cárcel?....no es eso...

El PP propondrá una reforma legal que contemple cárcel para quien agreda a un profesor.
Este titular en sí mismo es para ponerse a temblar. Y no es que no haya alumnos que se merezcan un castigo ejemplar, por agresiones a profesores, por agresiones a compañeros, por muchas más razones.
Ahora bien, si esta reforma se llegase a aprobar se confirmaría que, definitivamente, hemos tirado la toalla, que no somos capaces de "reconducir" a un alumno que contínuamente circula por la izquierda en el entorno escolar. Y fuera también, claro.
Poco hemos aprendido si cada vez que hay un problema en el colegio todo lo que se nos ocurre es castigar. Y poco hemos aprendido cuando, ante una falta que lo merece, no aplicamos un castigo.
Porque el alumno que agrede a un profesor, no lo hace por un "cruce de cables" que le sucede un día determinado en un momento puntual. Antes ocurre un proceso de "pequeñas agresiones" que nadie ha sabido parar, ni profesorado, ni padres, ni sociedad. Y el bólido, vía abierta, va cogiendo velocidad, siendo consciente de que nada ni nadie va a detenerlo.
Protegido por esa impunidad presume de su "camorrismo" ante la mirada impávida de unos y otros, hace y deshace a su antojo, revienta las clases e incluso, si nadie lo remedia, puede llegar a convertirse en líder.
¿Dondé está quien debía abrir un parte y no lo hace?, ¿Dónde quien tiene la mesa atestada de partes y no los tramita?, ¿Dónde quien debe abrir expediente?, ¿Dónde la Comisión de Convivencia?, ¿Dónde el Equipo de Ciclo?, ¿Dónde el Claustro de Profesores?, ¿Dónde el Consejo Escolar?...Nadie aparece...¿Tanto es el miedo?
Un chaval cargado de impunidad revienta cualquier sistema; cualquier sistema blando, claro.
A un alumno no se le castiga a los 16 años: se le educa con 3 años, con 2, con 1...y aún antes.
Si esta reforma prospera, no solo habremos fracasado, sino que abre una espiral peligrosa. Al tiempo.