domingo, 17 de agosto de 2008

la universidad envejece

Pues claro que envejece...
Este titular, acompañado de sus correspondientes datos y gráficos, aparece hoy en la prensa. ¡Pues vaya novedad!, digo yo. No hay más que darse un paseo por los centros educativos, sanitarios y otros, para darse cuenta de que es más de lo mismo desde que Massiel triunfaba con su "La,la,la...".
¿Exagero? Quizá. Pero nada hay como aproximarse a la realidad para ver incongruencias más propias de un país subdesarrollado.
La enseñanza obligatoria se ha universalizado, pero la gestión de los centros educativos está paralizada como las estatuas del Museo de cera. ¿Qué significa esto? Que por mucho que los docentes se esfuercen en mejorar su formación, si no se les facilita el trabajo, si no se apoyan sus iniciativas, si no se sabe gestionar recursos humanos- no solo económicos-, de nada sirve. Puede haber unos equipos humanos fabulosos, pero en manos de un incapaz, (capataz de la finca que cree suya), se deshacen como "dos peces de hielo en un whisky...", que diría el gran Sabina.
La sanidad se ha universalizado, pero no goza de los mismos servicios un ciudadano que viva en la ciudad que en el medio rural. Hay zonas de nuestra geografía demasiado alejadas para un atención urgente.
En cuanto a la empresa, convendremos que hay más noticias a diario sobre especulaciones, corrupciones de uno y otro tipo, que de iniciativas para creación de empleo, impulsar el empleo joven, diversificar las opciones, etc.
Si la Universidad envejece, la sociedad envejece en manos de incompetentes que, en base a sus méritos acumulados (ahora se llaman así a los años y años de "trabajo"), no hay dios que les mueva de la poltrona. ¡Y luego hablamos de los políticos!
En nuestra sociedad hay dos modos de ascender: O preparándote una serie de pruebas físicas, académicas,... o dejando pasar el tiempo repitiéndote como "El día de la Marmota". Nuestro sistema funcionarial está más abocado a la segunda línea, la de los parásitos que ven la vida pasar desde un silloncito que ha cogido ya la forma de su noble culo.
Estamos rodeados de gestores (que no maestros, ni médicos, ni administrativos...), que comen la sopa boba con el único objetivo de jubilarse en su poltrona, porque nadie osa devolverles a un puesto creativo para demostrar que son incapaces de innovar, de estar a la altura de lo que una sociedad moderna como la nuestra requiere. Y porque,¡es lógico!, es más fácil manejar a un incapaz que a un inconformista.
Las leyes amparan a los "virgencita, virgencita...", a los "a mí que no me molesten", a los "si no me creas problemas, no te los creo yo a tí", a los conformistas, a los "templados, ni frío ni calor", a los "ya queda menos para jubilarme"...Así nos va.
Pues claro que la Universidad envejece. Aquí envejecemos todos. Eso sí,muchos deberían tener más fácil acceso a su meta en la vida: jubilarse.