miércoles, 24 de septiembre de 2008

Voy a quinto

Hola, soy José Luis. Como cada año escribo para decir que empiezo el curso. Este año voy a quinto, o sea, a primero de tercer ciclo, o sea, al primero del último de Primaria. Y escribo desde la clase de Lengua. Antes no me dejaban porque “¡aquí no hemos venido a perder el tiempo!”.

Mis vacaciones han sido divertidas. Bueno, no mucho, porque hubo un accidente de avión y me quedé muy triste. Yo me pongo triste también cuando hay accidentes de coche o de moto. Todo el mundo está buscando al culpable del accidente, y no se aclaran. El padre de Miriam dice que es muy fácil: si pasa algo malo es culpa del Gobierno, y si pasa algo bueno pues no. Yo le pregunté a Marta que si siempre es así, y me contestó que no; que si hay cambio de Gobierno, entonces es al revés. Me parece bien que no siempre sea igual, porque si no la culpa siempre sería de los mismos.

El año pasado aprobé todas. Ya nos han quitado de las notas el “PA” y el “NM”. A mí me parecía una tontería porque yo creo que todos “progresamos adecuadamente” y todos “necesitamos mejorar”. Creo yo, vamos. Mi padre ahora entiende mejor las notas, pues así se las ponían a él. Algunos no están de acuerdo, pues prefieren que sus padres no entiendan lo que pone en el boletín de notas. Bueno, los que lo miran, claro. Mi seño de cuarto decía que en dos años de tutora todavía no conocía a algunos padres. A lo mejor vienen ahora en quinto, o en sexto...Mi madre dice que no sabe para qué se hacen las reuniones de padres.

El primer día no llevé mochila porque dijeron que no se hacía nada. Pues digo yo, que si se no hace nada el primer día, pues que lo quiten y empezamos el segundo.

Ahora tengo una mochila más grande para que quepan todos los libros. El año pasado hicimos la fiesta de la Constitución y leímos un artículo que decía que “la educación es obligatoria y gratuita”. No sé, pero mi madre ya se ha gastado doscientos euros en libros, y luego la mochila, el chándal...Este año también haremos fiesta de la Constitución.

El primer día también nos leyeron las normas del colegio, todo lo que no podemos hacer. Mi primo dice que en su colegio dicen lo que se puede hacer y así acaban antes. Yo lo primero que haría sería pintar el colegio de colores, y luego quitaría las sillas y las mesas, como cuando estábamos en infantil. Así no puedes ni moverte, ni ves la cara de los compañeros. Cuando nos leyeron las normas también nos leyeron los castigos. Yo creo que está bien, pero mi madre dice que es poner la venda antes que la herida. Y yo la digo que eso es imposible.

Ahora en televisión dan muchas noticias sobre la “vuelta al cole”, pero yo creo que esto se pasa enseguida porque luego no le interesamos a nadie. También sale todos los años que Leonor va al colegio. Mi padre dice que por lo menos ella estará como en casa porque en todas las clases hay una foto de su abuelo. También salen muchos niños que lloran cuando van al colegio, pero que debe ser porque sus padres no tienen tanto dinero para pagar los libros.

En estos primeros días nos han hecho una evaluación inicial: Que digo yo, que si ya nos hicieron una evaluación final en junio, ¿Para qué nos hacen otra ahora?. A lo mejor es para ver lo que hemos aprendido en verano. O, como dice una profe, para ver qué es lo que no se nos ha olvidado. Pero, vamos, que a lo mejor es más fácil que mi profe de cuarto le pase mi evaluación a la profe de quinto.

He tardado en escribir más que otros años, pero es que este curso estoy un poco vago. Mi padre, cuando se cansa, dice que son cosas de la edad. Yo creo que lo mío no es por eso. No sé. También es que estaba desanimado porque este curso en mi grupo somos uno menos, y no tenía muchas ganas de escribir. Pero yo sé que ella, Alba, está con nosotros en algún rinconcito de la clase. O como dice el de Lengua: “en un rincón del aula”.