martes, 9 de febrero de 2010

sindicalistas, sindicalistos

Hace más de tres años que no veo a un sindicalista por mi colegio. Eso sí, me consta que alguno ha aparecido alguna vez en este período de tiempo, por más no electoral. Ocupados deben estar peleando por nuestras subidas de sueldo (el 0,3 %), protestando por cómo "no" se cubren bajas a tiempo, y mejorando todo lo que pregonan: la calidad de la enseñanza, la escuela pública, laica...Con la que está cayendo y, ¡oigan!, qué felices estamos sabiendo que están ahí, en la sombra, cubriéndonos las espaldas, haciéndonos más fácil el trabajo de cada día,...
Si acaso, echamos de menos algún seguimiento de bajas, alguna consulta sobre nuestro trabajo, alguna movilización,...Vamos, pequeños detalles sin importancia...
Gracias a nuestros compañeros liberados, muchos de ellos de larga experiencia (10-12 años?), por su labor nunca comprendida y su nunca valorada entrega.
Como dice la canción: "por mi casa no ha pasado tan importante señor...".
(continuará...)

Comentarios

Se merecen todo lo que dices y mucho más. Menuda jeta gastan la mayoría... Sólo conozco a uno, de CCOO, que es como deberían ser todos. El resto, unos señoritos que ya no recuerdan cómo es un niño. "Renegados de la tiza", ya sabes. La última vez que estuvo una en el colegio presencié un escena bochornosa: por error nadie se enteró de su llegada y encima coincidió que el lugar que le habían asignado estaba ocupado por una reunión de departamento. Una colega, de ideas políticas totalmente contrarias a las de este sindicato, empezó a soltar sapos y culebras sin venir a cuento y la pobre chica se fue llorando escaleras abajo. Conseguí pararla y hablar un rato con ella hasta que se tranquilizó, pero supongo que se llevó una imapresión penosa de mi colegio. Eso no quita para que siga pensando lo mismo de los sindicatos. Son la otra cara del poder, nada de su propósito inicial de defender a los trabajadores. Con la que está cayendo y nosotros cada vez más desprotegidos... En fin...
Yolanda