jueves, 16 de octubre de 2008

perder el referente


Sorprende gratamente que los alumnos conozcan la acepción de la palabra "sondeo" referida a "hacer las primeras averiguaciones sobre alguien o algo". Ellos no se expresan así, la cita es de la RAE. Sin embargo, tratándose de alumnos del medio rural, resulta curioso que desconozcan "sondeo" como acción y afecto de sondar, es decir, "barrena que sirve para abrir en los terrenos taladros de gran profundidaad".
¿Qué ocurre? Sencillamente que la cultura audiovisial, donde tantos "sondeos" se hacen, especialmente en campaña electoral, prima sobre el conocimiento de lo próximo, del propio suelo que pisamos. La culpa no es suya, es nuestra que los hemos aislado de ellos mismos.
Cuando se pierde el referente entramos en un caos que puede ser divertido.
Se ríen los adolescentes cuando les dices que esto que les pasa a ellos ocurre en otros ámbitos a mayor nivel. Por ejemplo, algunos niños, a falta de referente, piensan que alguien fabrica la leche, a saber cómo, y la envasa en el tetrabrik que ellos ven cada mañana como algo mágico. Deben pensar también que los huevos los hacen en el Carrefour por las noches; no me pregunten cómo.
Tenemos el signo, pero hemos perdido la referencia. Tenemos el humo, pero no el fuego; tenemos el grifo, pero no el agua; tenemos la lata de sardinas pero no el mar. Y esto, en la era de la navegación a 100MB, es lo que antes - cuando alguien no sabía interpretar un texto-, se conocía como "analfabetismo funcional".
La escuela debe buscar el referente, el origen de las cosas. En Internet hay más contenidos de los que cualquiera pudiera imaginar. Pero no podemos dar ese salto evitando lo cercano, lo original.
¿Cómo discutir de diseño sin citar a Leonardo?, ¿Cómo hablar de fotografía digital sin citar a Niepce o Robert Cappa?, ¿Cómo hablar de secuenciaciones, algoritmos..., sin nombrar a Pitágoras?