A la desconsideración y menosprecio que estamos sufriendo los funcionarios,- la hemeroteca es profusa en muestras-, tenemos que unir estas escenas, cada día más numerosas, que nos dejan sobrecogidos.
Con la que está cayendo, con la confianza que no nos ofrecen aquellos en quienes un día depositamos la nuestra, bien merece nuestra Constitución un buen lavado de cara. Cada nueva Ley de Educación es un “borrón y cuenta vieja” para seguir involucionando en algo tan fundamental. Si el futuro de un país está en la defensa del capital mientras la educación de niños y jóvenes muestra cada vez más carencias, algo está fallando. Y es grave, muy grave.
Pero, ¿cómo vamos a pedir que sean capaces de llegar a un consenso sobre educación, al desarrollo de una legislación medianamente seria, más allá de los sempiternos debates sobre catalanismo y religión, quienes tienen sus miras en otras batallitas? En mi ejemplar de la Constitución Española de 1978 hoy falta el artículo 27. Lo he recortado para regalárselo a alguno de los responsables de este descalabro. Mañana releeré los relativos a “derecho al trabajo”, “derecho a una vivienda digna”…Una poda necesaria en vísperas de la primavera, con la esperanza de que alguna mente lúcida se atreva a hacer una lectura pausada de nuestro “sagrado” texto antes de que se convierta, parafraseando a Góngora, “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”.
http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza_provincia/zaragoza/2013/02/15/detectan_varios_casos_necesidad_alimentacion_alumnos_infantil_primaria_222543_301.html