viernes, 28 de agosto de 2009

de la gripe A y otras historias



Una de las tareas fundamentales del maestro es "deseducar" al alumnado. ¿De qué? Del comercio incesante que se encuentra, de la sociedad de consumo que literalmente le "consume" con la publicidad. Desvelar a los alumnos los "trucos" de la publicidad es abrirles los ojos a lo real, a lo que van a encontrar cuando devengan en adultos. Es una tarea difícil, pues nuestros medios son ínfimos comparados con los de las multinacionales y, más aún, nosotros mismos no estamos libres del asedio.
Se han empeñado medios de comunicación y gobiernos en meternos el miedo en el cuerpo con la nueva gripe conocida como gripe A. Nada hay más inquietante que cada día te ofrezcan datos de personas concretas que han fallecido por esa causa. 1,2,3...el goteo del miedo no para. Son personas reales, con nombre y apellidos, una edad, un peso, un trabajo, una ciudad, una familia. Si utilizasen esta estrategia en las campañas de tráfico los accidentes descenderían notablemente. Y, por otra parte, se imaginan que cada año nos ofrecieran así, con exactitud el número de fallecidos por la gripe común. En los informativos no se hablaría de otra cosa, dado que se llega a sobrepasar la cifra de 7.000 en nuestro país.
¿A quién le interesa este circo?, ¿A los políticos para no hablar de temas más delicados?, ¿A los medios para no perder audiencia?...
Tenemos "la vuelta al cole" presidida por este sambenito que nos han colgado en verano. En los claustros no se hablará de otra cosa, ni en los pasillos, ni en el café...Opiniones para todos los gustos, protocolos, vacunas,...Y mientras, la gripe común, la meningitis y cientos de enfermedades haciendo de las suyas. Es el dedo y la luna, no aprendemos. Eso sí, el miedo es libre.
Hace unos meses comentaba con los alumnos el caso de una niña asesinada. Todos conocían su nombre, su edad, reconocían su rostro y el de sus padres... Y todos, lógicamente se angustiaban con este caso. Lo cité el mismo día en que 25 inmigrantes africanos perdían la vida frente a nuestras costas. Más de la mitad eran niños, pero ninguno conocíamos su nombre, ni su rostro...
Estos enlaces quizá os aclaren algo: