domingo, 31 de enero de 2010

Portátiles en primaria

(así me lo enviaron, así lo publico)

Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria.
La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos pondrían aire acondicionado en verano (nos morimos de calor) y que traerían una pizarra nueva, sin reflejos y en la que se pueda escribir sin que la tiza resbale, sillas y mesas nuevas adecuadas a nuestra estatura, estanterías y una taquilla para nuestras cosas. Pero no, sólo trajeron ordenadores. Y sin lupa porque son muy pequeños, pero eso da igual.
Por lo menos nos lo han regalado enterito, porque mi primo de Ripollet dice que mis tíos han tenido que pagar la mitad del portátil, por eso de ser catalanes. Esto no lo entiendo muy bien.
El primer día no hicimos nada con ellos porque tiene un sistema que es diferente al que tenemos en casa, un tal Linux, y que el maestro no conoce.
En realidad no sabe nada de informática. Dijo que ya miraría algo, pero María, otra empollona, le contestó que ella podía enseñarle, pues en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero el maestro, no.
El maestro también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi amiga Mati se le cayó y se le rompió todo -el maestro le hizo una foto-. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.
En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos niños un poco retrasados y que antes sólo molestaban. Ahora con el portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.
Ayer nos explicaron cómo sacar información de internet y nos mandaron deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que no tenemos dinero para internet, por eso no he podido hacer los deberes esta semana y ya me han regañado en el cole. Por eso, además de los libros y cuadernos, también cargo con el ordenador. Ahora ya no uso mochila sino el troler de mamá de cuando podíamos ir de finde o de viaje
A mi hermano mayor en el insti también le van a dar uno y él está muy contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas. También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en las faltas de ortografía pues el ordenador las corrige automáticamente.
Es maravilloso, también, porque antes las clases eran pesadas y largas y ahora duran 10 minutos o menos. A muchos compañeros no les funciona; a otros les tarda tanto en ponerse en marcha que para cuando lo consigue suena el timbre de salida.
Y sin olvidar que los electricistas nos dejaron tres días en el patio poniendo enchufes porque la batería no dura nada y nos hacemos un lío de cables en la clase que podemos jugar al enredos.
Como las cosas que trae el maestro no se pueden abrir, dice que pondrá las notas según le demos más o menos la lata y según el tiempo que tardemos en abrir el invento.
Se acabó estudiar, la calculadora y las reglas. Y sacar punta, tener buena letra y tener un cuaderno de diez. Es fantástico. Pobrecillos los que aún están en 4º porque los veo muy estresados.
Yo me paso la mañana con el Google Earth. Ya me lo sé de memoria y no tengo otra cosa que hacer.
En matemáticas, es lo mejor: sólo tienes que elegir entre tres respuestas y además te dan otras tres oportunidades.
Y si en lengua no te sale algo, lo buscas en internet y ya está.
Finalmente todos sacaremos sobresaliente porque leer ya sabemos, pero vamos a aprender a comprender. El maestro dice que es una competencia básica.
Es genial.

Comentarios


Yolanda dijo...
Como broma está bien, pero estoy cansada de ciertas bromas y de tomarse a coña asuntos bastante serios. Aquí en Madrid no vamos a tener ordenadores, está claro, pero tampoco lo voy a echar mucho de menos, me basta con los recursos que tengo a mano ahora y con mi experiencia. ¿Sería mejor disponer de más tecnología? Pues según se mire. No creo que sea un asunto prioritario. Que se aclaren antes con las leyes, los textos y los contenidos, luego ya veremos qué instrumento utilizamos.
Un saludo.
31 de enero de 2010 20:33


Anónimo dijo...
Creo que en temas de educación llevamos muchos años dando palos de ciego. Desde luego, los PC no son la panacea, como tampoco lo son los interminables debates sobre la EpC o la religión, que es lo único que parece preocuparles a los políticos. Personalmente, no necesito ordenadores para hacer bien mi tarea. Es más, creo que serán un estorbo más. Un saludo.
31 de enero de 2010 21:25


JAVIER S. SÁNCHEZ dijo...
El anterior comentario es mío, JSS. Saludos.
31 de enero de 2010 21:27


Miguel dijo...
Bueno, pues en algunas cosas sí que tiene razón el escrito. Por ejemplo cuando habla de que le arreglen la pizarra y le traigan mesas y sillas más a propósito. Lo otro, el que el ordenador sea el centro de la enseñanza, yo lo veo (y quiero no equivocarme) bastante lejano. De momento, dejemos que lo que se cuenta en el post sea una broma.
Un saludo.
3 de febrero de 2010 17:43

martes, 19 de enero de 2010

profesores acosados, suma y sigue...

Entre la incredulidad y el miedo a la costumbre, asistimos día a día a la vergüenza del acoso, la descalificación e incluso la agresión de profesores por parte de alumnos. En apenas unos días hemos conocido dos casos de profesoras, una amenazada y acosada, y otra agredida.

Por paradójico que parezca, ni la amenaza ni la agresión parecen ser el mal mayor, sino la impotencia, la rabia, la soledad que ambas sienten. Su indefensión, la imposibilidad de realizar su trabajo, de mantener sus derechos, y la falta de apoyo, son más graves que las agresiones en sí, al menos en estos casos.

Porque un insulto, incluso una bofetada, siendo tan graves como para que esos alumnos pasen a disposición judicial, no dejan una herida tan profunda como la sensación de abandono por parte de la Administración e incluso de los propios compañeros.

Si ante semejantes hechos, no se nos cae la cara de vergüenza, damos un portazo en el colegio y nos plantamos de una santa vez, es que vamos a dar clase como el operario que cada día aprieta la misma tuerca en una fábrica. ¿Nos hemos vuelto insensibles? ¿Qué miedo hay para que organizaciones sindicales y de todo tipo se pongan de acuerdo para acabar con esta lacra?

No se dedica uno a la enseñanza por una nómina, por unas vacaciones, por una cierta seguridad en el empleo – así lo he creído hasta ahora-. Pero viendo estas escenas, por acción unas y otras por omisión, cada día estoy más convencido de encontrarme en un mundo en el que la supervivencia juega un papel importante. Y, desde mi agnosticismo, rezo cada día para no verme – otra vez-, en una de estas situaciones. Porque cuando lo sufres, nadie viene siquiera a preguntarme. Así nos va. Y luego dirán que somos un cuerpo dividido. Pues claro.

Comentarios

Yolanda dijo...
En Primaria también sabemos lo que significa una agresión verbal y los malos modos que algunos exhiben como único argumento. Yo tuve que soportar hace unos años las amenazas de unos padres cuyos tiernos vástagos se habían entretenido en apedrear mi coche. Pillados in fraganti, no sólo no lo reconocieron sino que sus papás les defendieron a capa y espada, salvo una madre que fue a pedirme perdón, llorando, por la acción de su hija. Los demás incluso amenazaron con denunciarme por "maltrato psicológico", tócate las narices, porque yo les denuncié previamente ante la Guardia Civil, que se presentó en sus domicilios para llevarlos a declarar al cuartelillo, y, claro, eso es un "trauma terrible" para un gamberrete de diez años. Tuve que retirar la denuncia para evitar males mayores y me pagaron la luna dañada, aunque eso me daba igual, yo quería ante todo darles un escarmiento y lo conseguí, al menos en parte. Pero así están las cosas: nos agreden y encima tenemos que pedir disculpas por hacer nuestro trabajo. En mi caso, un padre llegó a decirme que por qué había aparcado el coche tan cerca de la valla del colegio. Sin comentarios.
Un saludo.
20 de enero de 2010 21:31