Amigos controladores:
No sabéis cómo me solidarizo con vosotros en estos momentos tan difíciles. Claro que, mi solidaridad y mi empatía se incrementarían en la misma proporcionalidad que se incrementase mi sueldo para equipararse al vuestro. ¡Y eso que no soy materialista!
Dicho lo cual, paso a informaros de que en este país hay colectivos que por un sueldo muchísimo más moderado trabajan más horas, como es el caso de los médicos. Otros, como nosotros los maestros, podemos presumir de tener tanta o más responsabilidad que vosotros. Eso sí, ganando 10 veces menos de lo que se ha publicado que es la media de vuestras nóminas. No obstante, no os voy a relatar, como suelen hacer algunos compañeros, las desgracias que les acontecen en aulas y recreos, porque hace tiempo que perdimos ( si es que lo tuvimos alguna vez) el estatus que creemos merecer, y que vosotros sí tenéis y paseáis día y noche por delante de nuestras narices.
Por contra, presumiré de trabajar en lo que me gusta, de hacerlo con total vocación, lo que es un plus más importante que la nómina y, ¡ojo!, nadie me paga los desvelos ni las horas extras que cada día, también en vacaciones, dedico a mi colegio, a mis alumnos.
El colectivo al que pertenezco también ha sufrido recortes, ¡y maldita la gracia que nos hace cobrar un 5% menos! Nadie vino a darnos palmaditas y a ninguno se nos ocurrió salir de clase dejando a los chicos a la buena de Dios. Esperábamos algo más de nuestros compañeros liberados sindicales, eso sí. ¡Fijaos qué ingenuos somos todavía!
Comprendo que, en momentos difíciles, tengo que apechar hasta que pasen las vacas flacas para que otros puedan siquiera sobrevivir (y no es una forma de hablar, es literal). Que también es verdad que quienes debieran empezar dando ejemplo son los políticos, que no ceden en sueldos ni en privilegios, y piden lo que ellos no están dispuestos a dar.
En fin, que lo penséis un poquito. Hay mejores modos de hacer las cosas sin que se vuelvan contra uno. Porque si teníais algo de razón, con esta pataleta la habéis perdido, al igual que quien grita para reafirmar lo que dice, como si los decibelios y los argumentos fueran gemelos.
No me imagino, seguro que vosotros tampoco, a todos los responsables del abastecimiento de agua de una ciudad parando al unísono; o a todo un claustro de maestros abandonando el colegio a media mañana; o a todos los enterradores tomándose una semanita de vacaciones. ¿A que no?
No sabéis cómo me solidarizo con vosotros en estos momentos tan difíciles. Claro que, mi solidaridad y mi empatía se incrementarían en la misma proporcionalidad que se incrementase mi sueldo para equipararse al vuestro. ¡Y eso que no soy materialista!
Dicho lo cual, paso a informaros de que en este país hay colectivos que por un sueldo muchísimo más moderado trabajan más horas, como es el caso de los médicos. Otros, como nosotros los maestros, podemos presumir de tener tanta o más responsabilidad que vosotros. Eso sí, ganando 10 veces menos de lo que se ha publicado que es la media de vuestras nóminas. No obstante, no os voy a relatar, como suelen hacer algunos compañeros, las desgracias que les acontecen en aulas y recreos, porque hace tiempo que perdimos ( si es que lo tuvimos alguna vez) el estatus que creemos merecer, y que vosotros sí tenéis y paseáis día y noche por delante de nuestras narices.
Por contra, presumiré de trabajar en lo que me gusta, de hacerlo con total vocación, lo que es un plus más importante que la nómina y, ¡ojo!, nadie me paga los desvelos ni las horas extras que cada día, también en vacaciones, dedico a mi colegio, a mis alumnos.
El colectivo al que pertenezco también ha sufrido recortes, ¡y maldita la gracia que nos hace cobrar un 5% menos! Nadie vino a darnos palmaditas y a ninguno se nos ocurrió salir de clase dejando a los chicos a la buena de Dios. Esperábamos algo más de nuestros compañeros liberados sindicales, eso sí. ¡Fijaos qué ingenuos somos todavía!
Comprendo que, en momentos difíciles, tengo que apechar hasta que pasen las vacas flacas para que otros puedan siquiera sobrevivir (y no es una forma de hablar, es literal). Que también es verdad que quienes debieran empezar dando ejemplo son los políticos, que no ceden en sueldos ni en privilegios, y piden lo que ellos no están dispuestos a dar.
En fin, que lo penséis un poquito. Hay mejores modos de hacer las cosas sin que se vuelvan contra uno. Porque si teníais algo de razón, con esta pataleta la habéis perdido, al igual que quien grita para reafirmar lo que dice, como si los decibelios y los argumentos fueran gemelos.
No me imagino, seguro que vosotros tampoco, a todos los responsables del abastecimiento de agua de una ciudad parando al unísono; o a todo un claustro de maestros abandonando el colegio a media mañana; o a todos los enterradores tomándose una semanita de vacaciones. ¿A que no?