Rezando a Santa Bárbara bendita,
los pies ardiendo van sobre el asfalto;
y dentro el corazón, negro y bien alto,
forjado de carbón y dinamita.
...
Relámpago en la estepa castellana,
la marcha del carbón, a paso lento,
abre vetas de oscuro sufrimiento
y minas de esperanza en el mañana.
...
No duelen el camino y el estío,
no duelen el cansancio y la fatiga,
no duele el sudor de la jornada.
...
Duelen el alma y el escalofrío
y el grito de la boca que mendiga
el pan para sus hijos descarnada.
martes, 10 julio, 2012
Precioso, Javier, muy emotivo. Es un orgullo para alguien como yo que pertenece a la familia minera leer estas palabras tan bonitas escritas por una persona que no pertenece a la minería ni a sus comarcas. GRACIAS.
Por cierto, lo voy a copiar y añadirle el autor para publicarlo en un grupo que hay de apoyo a los mineros si tu me dejas claro. Besos
Lorena