“Cada vez que un Ayuntamiento coloca una estatua en una rotonda, Rodin, Miguel Ángel y Bernini torturan a un gatito”.
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 23 de diciembre de 2010
más madera
El profesor Keatig, por muchos años que tenga la película, no inventó nada. Por tanto, nadie se apunta a un carro que desconoce, sino que, en todo caso, lo que hace es reafirmarnos en algo que veníamos haciendo o estaba ya en nuestro ADN para cuando fuésemos loq ue ahora somos: maestros.
Personalmente no me avergüenzo en absoluto de huir de métodos tradiconales ni considero que sean mejores que otros. Insisto, no voy a prescindir de ningún recurso, por muchos calificativos que se les ponga. Y tampoco voy a prescindir del esfuerzo, ni de la memoria, algo que en modo alguno se intuye en esta cinta. No tergiversemos y no hagamos interpretaciones en base a no se sabe qué. Por otra parte, no veo que esa película y otras parecidas hayan influido en profesor alguno. Estamos muy por encima de lo que se le pueda ocurrir a un director de cine, faltaría más. Sencillamente porque tampoco me ha dado nunca por matar romanos o cristianos viendo películas del género. Desconozco si alguien ha bajado a ese nivel de “absorción”, y pensar que alguien puede caer en él me semeja un principio de prepotencia.
En todo caso, no me parece ninguna atrocidad, bien al contrario, que a un grupo de adolescentes se les motive, se les oriente, se les “provoque” desde la literatura, o desde la música en “Los chicos del coro”. Algunos chicos no están por las subordinadas de relativo, pero disfrutan enredando con cables o motores. ¿No es mejor llegar a ellos por esas materias y orientarles en lo que relamente les va a hacer felices en lugar amargarles la existencia con contenidos absurdos? Claro, que un mecánico que sepa analizar una subordinada de relativo debe de ser la leche. Mañana le pregunto al que me va a pasar la ITV.
Personalmente no me avergüenzo en absoluto de huir de métodos tradiconales ni considero que sean mejores que otros. Insisto, no voy a prescindir de ningún recurso, por muchos calificativos que se les ponga. Y tampoco voy a prescindir del esfuerzo, ni de la memoria, algo que en modo alguno se intuye en esta cinta. No tergiversemos y no hagamos interpretaciones en base a no se sabe qué. Por otra parte, no veo que esa película y otras parecidas hayan influido en profesor alguno. Estamos muy por encima de lo que se le pueda ocurrir a un director de cine, faltaría más. Sencillamente porque tampoco me ha dado nunca por matar romanos o cristianos viendo películas del género. Desconozco si alguien ha bajado a ese nivel de “absorción”, y pensar que alguien puede caer en él me semeja un principio de prepotencia.
En todo caso, no me parece ninguna atrocidad, bien al contrario, que a un grupo de adolescentes se les motive, se les oriente, se les “provoque” desde la literatura, o desde la música en “Los chicos del coro”. Algunos chicos no están por las subordinadas de relativo, pero disfrutan enredando con cables o motores. ¿No es mejor llegar a ellos por esas materias y orientarles en lo que relamente les va a hacer felices en lugar amargarles la existencia con contenidos absurdos? Claro, que un mecánico que sepa analizar una subordinada de relativo debe de ser la leche. Mañana le pregunto al que me va a pasar la ITV.
martes, 21 de diciembre de 2010
poetas memos...?
He leído un artículo titulado "El club de los poetas memos..., quiero decir, muertos- tenéis el enlace aquí al lado. Y se me ocurrió esto.
He visto la película más de veinte veces y podría citar de memoria varios fragmentos. Dicho lo cual, me parece un exceso hablar de “manipulación” y otras “-ciones”. Como película que es, necesita de una abstracción, pues difícilmente se puede resumir en noventa minutos toda una experiencia educativa como la que se pretende mostrar. Si no somos capaces de ver más allá de la sonrisa de Keating o de la bruma del bosque, pésima crítica se puede realizar.
¿En qué parte de la película se hace alusión al no-esfuerzo, a la no-autoridad…? Bien al contrario, se incide constantemente en estos valores. Recuerden la escena de la llamada…”de Dios”. Recuerden la reprimenda de Keating porque, precisamente, no han sabido comprender su mensaje.
¿Por qué la enseñanza ha de ser necesariamente aburrida, repetitiva y desmotivadora? ¿Creen que alguien puede hacer un Posgrado, en un aula sin pupitres ni sillas, sin libros…, de forma dinámica, motivadora, trabajando los contenidos de forma práctica…? Pues si, eso existe y desde hace muchos años. Claro que, ha de llover mucho antes de que llegue a nuestra Universidad, tan tradicional ella. Puede un chico de ESO aprender poesía sin necesidad de recitar de memoria “La vida es sueño”? ¿Puede aprenderla jugando con los versos, creando, relacionándola con otras áreas…? Y cuando llegue el momento, si tiene que aprenderse el monólogo de Segismundo,… ¿por qué no?
Considero que debemos aprovechar todos los recursos a nuestro alcance, y no limitarnos a un solo método. Eso es lo que yo, personalmente, veo en la película, que no hay que descartar nada; que en ningún caso debemos estar condicionados por los demás, que nuestra vida es nuestra y la felicidad no está en el número de títulos que tengamos en la pared ni en la cuenta bancaria (cada uno tiene sus valores). Más bien, nuestra felicidad, la de nuestros alumnos, va a estar en que hagan lo que realmente quieren hacer y en eso, sea lo que fuere, intenten ser los mejores. Esta misma tarde he estado montando con un grupo de chicos un escenario para la fiesta de mañana. Os aseguro que en este momento no hay nadie más feliz que ellos en todo el mundo. ¿Por qué he de atosigarlos con subordinadas de relativo o logaritmos neperianos si prefieren estar entre cables y máquinas y a buen seguro que serán grandes profesionales de la carpintería, o la mecánica…y además ganarán más que yo? Y seguro, que con esa disposición que tienen, jamás estarán en paro. Un empresario, yo si lo fuera, contrataría antes a una persona hábil, que disfruta con su trabajo, que produce, antes que a alguien con un currículum brillante que no es capaz de resolver un problema, que no tiene alternativas, que no ve posibilidades…Y eso, eso se aprende viviendo, experimentando, creando, inventando…Y eso, por ahora, la escuela no lo proporciona. Ya sabemos cómo generar problemas donde no los hay, ahora necesitamos profesionales que tengan otra opción, una mirada divergente ante los problemas. En educación también necesitamos personas así. Lo otro ya nos lo sabemos; y los que hemos vivido ambas “películas” entendemos que no se debe renunciar a nada.
Por cierto, pasados ya diez años del posgrado, sería capaz de recordar y explicar una buena parte de las cincuenta unidades de que constaba. ¿Por qué será que lo que experimentamos se fija mejor que lo que solamente memorizamos? Cuantos más sentidos ponemos en lo que hacemos, más y mejor lo asimilamos. Eso es lo que acierto a ver en la película, pero la subjetividad es libre y la parte que no se cuenta, que se intuye, cada uno es libre de interpretarla como quiera. Hay quienes no comprenden “El cabo del miedo” ( R. de Niro), porque se perdieron algo que no aparece en la película, y es lo ocurrió en los catorce años anteriores a los hechos que se muestran, y sin lo que no tiene sentido alguno. Si “El club de los poetas muertos” hubiera querido mostrar todo un método pedagógico, hubiera sido una serie de unos 200 capítulos. La mirada convergente nos deja en la anécdota, la divergente nos permite ver un poco más allá. Eso también se aprende en la escuela, si no te limitas a cantar la tabla de multiplicar, claro.
He visto la película más de veinte veces y podría citar de memoria varios fragmentos. Dicho lo cual, me parece un exceso hablar de “manipulación” y otras “-ciones”. Como película que es, necesita de una abstracción, pues difícilmente se puede resumir en noventa minutos toda una experiencia educativa como la que se pretende mostrar. Si no somos capaces de ver más allá de la sonrisa de Keating o de la bruma del bosque, pésima crítica se puede realizar.
¿En qué parte de la película se hace alusión al no-esfuerzo, a la no-autoridad…? Bien al contrario, se incide constantemente en estos valores. Recuerden la escena de la llamada…”de Dios”. Recuerden la reprimenda de Keating porque, precisamente, no han sabido comprender su mensaje.
¿Por qué la enseñanza ha de ser necesariamente aburrida, repetitiva y desmotivadora? ¿Creen que alguien puede hacer un Posgrado, en un aula sin pupitres ni sillas, sin libros…, de forma dinámica, motivadora, trabajando los contenidos de forma práctica…? Pues si, eso existe y desde hace muchos años. Claro que, ha de llover mucho antes de que llegue a nuestra Universidad, tan tradicional ella. Puede un chico de ESO aprender poesía sin necesidad de recitar de memoria “La vida es sueño”? ¿Puede aprenderla jugando con los versos, creando, relacionándola con otras áreas…? Y cuando llegue el momento, si tiene que aprenderse el monólogo de Segismundo,… ¿por qué no?
Considero que debemos aprovechar todos los recursos a nuestro alcance, y no limitarnos a un solo método. Eso es lo que yo, personalmente, veo en la película, que no hay que descartar nada; que en ningún caso debemos estar condicionados por los demás, que nuestra vida es nuestra y la felicidad no está en el número de títulos que tengamos en la pared ni en la cuenta bancaria (cada uno tiene sus valores). Más bien, nuestra felicidad, la de nuestros alumnos, va a estar en que hagan lo que realmente quieren hacer y en eso, sea lo que fuere, intenten ser los mejores. Esta misma tarde he estado montando con un grupo de chicos un escenario para la fiesta de mañana. Os aseguro que en este momento no hay nadie más feliz que ellos en todo el mundo. ¿Por qué he de atosigarlos con subordinadas de relativo o logaritmos neperianos si prefieren estar entre cables y máquinas y a buen seguro que serán grandes profesionales de la carpintería, o la mecánica…y además ganarán más que yo? Y seguro, que con esa disposición que tienen, jamás estarán en paro. Un empresario, yo si lo fuera, contrataría antes a una persona hábil, que disfruta con su trabajo, que produce, antes que a alguien con un currículum brillante que no es capaz de resolver un problema, que no tiene alternativas, que no ve posibilidades…Y eso, eso se aprende viviendo, experimentando, creando, inventando…Y eso, por ahora, la escuela no lo proporciona. Ya sabemos cómo generar problemas donde no los hay, ahora necesitamos profesionales que tengan otra opción, una mirada divergente ante los problemas. En educación también necesitamos personas así. Lo otro ya nos lo sabemos; y los que hemos vivido ambas “películas” entendemos que no se debe renunciar a nada.
Por cierto, pasados ya diez años del posgrado, sería capaz de recordar y explicar una buena parte de las cincuenta unidades de que constaba. ¿Por qué será que lo que experimentamos se fija mejor que lo que solamente memorizamos? Cuantos más sentidos ponemos en lo que hacemos, más y mejor lo asimilamos. Eso es lo que acierto a ver en la película, pero la subjetividad es libre y la parte que no se cuenta, que se intuye, cada uno es libre de interpretarla como quiera. Hay quienes no comprenden “El cabo del miedo” ( R. de Niro), porque se perdieron algo que no aparece en la película, y es lo ocurrió en los catorce años anteriores a los hechos que se muestran, y sin lo que no tiene sentido alguno. Si “El club de los poetas muertos” hubiera querido mostrar todo un método pedagógico, hubiera sido una serie de unos 200 capítulos. La mirada convergente nos deja en la anécdota, la divergente nos permite ver un poco más allá. Eso también se aprende en la escuela, si no te limitas a cantar la tabla de multiplicar, claro.
lunes, 20 de diciembre de 2010
gracias Yolanda
Yolanda dijo...
CANCIÓN DEL NIÑO JESÚS
Si la palmera pudiera
volverse tan niña, niña,
como cuando era una niña
con cintura de pulsera
para que el niño la viera...
Si la palmera tuviera
las patas del borriquillo,
las alas de Gabrielillo,
para cuando el Niño quiera
correr, volar a su vera...
Si la palmera supiera
que sus palmas algún día...
Si la palmera supiera
por qué la Virgen María
la mira... Si ella tuviera...
Si la palmera pudiera...
...la palmera...
GERARDO DIEGO
lunes, 20 diciembre, 2010
CANCIÓN DEL NIÑO JESÚS
Si la palmera pudiera
volverse tan niña, niña,
como cuando era una niña
con cintura de pulsera
para que el niño la viera...
Si la palmera tuviera
las patas del borriquillo,
las alas de Gabrielillo,
para cuando el Niño quiera
correr, volar a su vera...
Si la palmera supiera
que sus palmas algún día...
Si la palmera supiera
por qué la Virgen María
la mira... Si ella tuviera...
Si la palmera pudiera...
...la palmera...
GERARDO DIEGO
lunes, 20 diciembre, 2010
sábado, 18 de diciembre de 2010
quién...
¿Quién, quién tiene un ángel,
aunque sea de papel?
¿Quién tiene un trozo de cielo
y un poco de nieve? ¿Quién
me presta alguna estrella
para llegar a Belén?
¿Quién, quién tiene dos pastores,
una nube, un San José?
¿Quién, quién tiene una virgen,
luna llena, plata y miel?
¿Quién me presta alguna estrella
para llegar a Belén?
puros puristas...
En tercero de Filología tenía una compañera que, por ser leonesa, dominaba perfectamente determinadas facetas del lenguaje y se pasaba el dia corrigiendo laísmos, loísmos y demás "-ismos" al resto de compañeros. No le faltaba razón, pero lo que entendíamos que podria ser anecdótico- con una o dos veces que te lo recuerden vale-, obervamos que era una obsesión.
Apareció entonces en un suplemento semanal el relato "No te cases nunca con un académico", que le regalamos. En él se narran los avatares que una humilde ama de casa sufre tras su matrimonio con un purista. Este, obsesionado con la lengua, no cesaba de corregir cada frase, cada palabra pronunciada por su mujer. En cierta ocasión, al volver de su trabajo, la encuentra en el suelo de la cocina gritando: "¡Que me asfisio, que me asfisio!". Lejos de preocuparse por la vida de su señora, el académico, se limitó a corregirla: "No se dice ´asfisio´se dice ´asfixio´". Más gritaba ella y más se emperraba él en corregir su mala pronunciación en lugar de apagar el gas y ayudarla en su agonía. Así, hasta que la pobre mujer murió ´asfisiada´o ´asfixiada´, como prefieran.
El purismo, ya se sabe, antepone la forma al fondo hasta límites realmente peligrosos. Uno, que algo tiene de Filólogo, va sobrado en según que temas y cada día encuentra miles de errores de puristas y no puristas que prefiere pasar por alto para salvar situaciones más importantes. De otro modo no tendría amigos, ni vecinos...a más de resultar pesado, pedante e incluso repelente.
La Academia nos ha regalado una nueva Ortografía que, lógicamente, no gusta a todos pero que es producto de la evolución de la lengua, que algo sabrán de ello quienes han dedicado tantos años a tan digna tarea. Alabo mi suerte de haber tenido como profesor al hasta ahora Presidente de la Academia, Don Víctor García de la Concha.
Como información les diré que la "ch" y la "ll" ya hace tiempo que dejaron de ser letras; basta con mirar cualquier diccionario. Que sustantivos comunes como "rey" o "papa" se escriban con minúscula, además de ser de sentido común y obedecer a las normas, se me antojan muy democráticos, por igualar tan altas autoridades con mecánicos y costureras. Que la "y" se denomine "ye" tampoco es ninguna aberración, como no lo es decir "eme", "hache", "jota"..., por mucho que algunas grafías tuvieran otros nombres en otro tiempo. No olvidemos que la "y", teniendo sonido vocálico, es una consonante (no en francés), por lo que en buena lógica el fonema ha de ser /ye/ y no /i/.
En todo caso, esto no deja de ser una docena de anécdotas, que los medios utilizan para subir su audencia contando con el beneplácito de quienes tienden a quedarse en eso, en la anécdota, en medio de todo un tratado de Ortografía que los puritas jamás se molestarán en consultar. Y, no olvidemos, que la lengua está en continua evolución, siendo tachados los académicos de permanecer en el pasado. Pues bien, ahora que dan algunos pasos hacia delante se les tilda de lo contrario. Gracias a estos cambios el castellano se convirtió en lengua con todos sus atributos: diccionario, normas, gramática..., y eso que todavía, en muchas celebraciones religiosas, se sigue rezando y cantando enl latín, aunque muy pocos sepan realmente lo que están diciendo.
Antes de dedicarme a esta noble tarea de enseñar, tuve la fortuna de trabajar en un mundo muy diferente donde los valores eran otros: el poder, la apariencia, el dinero...Y digo fortuna porque los contrajemplos también sirven para aprender y para crecer. En cierta ocasión, cuando llevaba año y medio trabajando, se me presentó un individuo de nombre Primitivo (nunca un antropónimo fue más acertado), sin poseer siquiera el antiguo certificado de escolaridad, que se atrevió a corregirme un par de "errores" en un escrito. Demostrándole que los errores no eran tales, le solté una breve lección de gramática, gratis por supuesto, que tan al alma le llegaron que jamás volví a saber de él.
Por favor, defendamos la lengua, pero no lleguemos al extremo de dejarla en pañales, como tampoco pretenderíamos volver a las cavernas, ´con lo bien que se vivía en ellas´. Salgamos, tomemos el aire, viajemos, discutamos en armonía y ayudemos a que la lengua sea lo que es, un medio, y no un arma arrojadiza. Más que nada porque acaba por convertirse en bumerán y golpeando a quien lo arrojó en su propia cocorota.
El que esté libre de errores que lance el primer comentario crítico.
Los dos loros y la cotorra
De Santo Domingo trajo
dos loros una señora:
la isla es mitad francesa,
y otra mitad española.
Así cada animalito
hablaba distinto idioma.
Pusiéronlos al balcón,
y aquello era Babilonia;
de francés y castellano
hicieron tal pepitoria,
que al cabo ya no sabían
hablar ni una lengua ni otra.
El francés del español
tomó voces, aunque pocas,
el español al francés
casi se las tomó todas.
Manda el ama separarlos,
y el francés luego reforma
las palabras que aprendió
de lengua que no es de moda
el español, al contrario,
no olvida la jerigonza,
y aun discurre que con ella
ilustra su lengua propia.
Llegó a pedir en francés
los garbanzos de la olla,
y desde el balcón de enfrente
una erudita cotorra
la carcajada soltó,
haciendo del loro mofa.
Él respondió solamente,
como por tacha afrentosa:
Vos no sois una PURISTA;
y ella dijo: A mucha honra.
¡Vaya, que los loros son
lo mismo que las personas!
Tomás de Iriarte
Apareció entonces en un suplemento semanal el relato "No te cases nunca con un académico", que le regalamos. En él se narran los avatares que una humilde ama de casa sufre tras su matrimonio con un purista. Este, obsesionado con la lengua, no cesaba de corregir cada frase, cada palabra pronunciada por su mujer. En cierta ocasión, al volver de su trabajo, la encuentra en el suelo de la cocina gritando: "¡Que me asfisio, que me asfisio!". Lejos de preocuparse por la vida de su señora, el académico, se limitó a corregirla: "No se dice ´asfisio´se dice ´asfixio´". Más gritaba ella y más se emperraba él en corregir su mala pronunciación en lugar de apagar el gas y ayudarla en su agonía. Así, hasta que la pobre mujer murió ´asfisiada´o ´asfixiada´, como prefieran.
El purismo, ya se sabe, antepone la forma al fondo hasta límites realmente peligrosos. Uno, que algo tiene de Filólogo, va sobrado en según que temas y cada día encuentra miles de errores de puristas y no puristas que prefiere pasar por alto para salvar situaciones más importantes. De otro modo no tendría amigos, ni vecinos...a más de resultar pesado, pedante e incluso repelente.
La Academia nos ha regalado una nueva Ortografía que, lógicamente, no gusta a todos pero que es producto de la evolución de la lengua, que algo sabrán de ello quienes han dedicado tantos años a tan digna tarea. Alabo mi suerte de haber tenido como profesor al hasta ahora Presidente de la Academia, Don Víctor García de la Concha.
Como información les diré que la "ch" y la "ll" ya hace tiempo que dejaron de ser letras; basta con mirar cualquier diccionario. Que sustantivos comunes como "rey" o "papa" se escriban con minúscula, además de ser de sentido común y obedecer a las normas, se me antojan muy democráticos, por igualar tan altas autoridades con mecánicos y costureras. Que la "y" se denomine "ye" tampoco es ninguna aberración, como no lo es decir "eme", "hache", "jota"..., por mucho que algunas grafías tuvieran otros nombres en otro tiempo. No olvidemos que la "y", teniendo sonido vocálico, es una consonante (no en francés), por lo que en buena lógica el fonema ha de ser /ye/ y no /i/.
En todo caso, esto no deja de ser una docena de anécdotas, que los medios utilizan para subir su audencia contando con el beneplácito de quienes tienden a quedarse en eso, en la anécdota, en medio de todo un tratado de Ortografía que los puritas jamás se molestarán en consultar. Y, no olvidemos, que la lengua está en continua evolución, siendo tachados los académicos de permanecer en el pasado. Pues bien, ahora que dan algunos pasos hacia delante se les tilda de lo contrario. Gracias a estos cambios el castellano se convirtió en lengua con todos sus atributos: diccionario, normas, gramática..., y eso que todavía, en muchas celebraciones religiosas, se sigue rezando y cantando enl latín, aunque muy pocos sepan realmente lo que están diciendo.
Antes de dedicarme a esta noble tarea de enseñar, tuve la fortuna de trabajar en un mundo muy diferente donde los valores eran otros: el poder, la apariencia, el dinero...Y digo fortuna porque los contrajemplos también sirven para aprender y para crecer. En cierta ocasión, cuando llevaba año y medio trabajando, se me presentó un individuo de nombre Primitivo (nunca un antropónimo fue más acertado), sin poseer siquiera el antiguo certificado de escolaridad, que se atrevió a corregirme un par de "errores" en un escrito. Demostrándole que los errores no eran tales, le solté una breve lección de gramática, gratis por supuesto, que tan al alma le llegaron que jamás volví a saber de él.
Por favor, defendamos la lengua, pero no lleguemos al extremo de dejarla en pañales, como tampoco pretenderíamos volver a las cavernas, ´con lo bien que se vivía en ellas´. Salgamos, tomemos el aire, viajemos, discutamos en armonía y ayudemos a que la lengua sea lo que es, un medio, y no un arma arrojadiza. Más que nada porque acaba por convertirse en bumerán y golpeando a quien lo arrojó en su propia cocorota.
El que esté libre de errores que lance el primer comentario crítico.
Los dos loros y la cotorra
De Santo Domingo trajo
dos loros una señora:
la isla es mitad francesa,
y otra mitad española.
Así cada animalito
hablaba distinto idioma.
Pusiéronlos al balcón,
y aquello era Babilonia;
de francés y castellano
hicieron tal pepitoria,
que al cabo ya no sabían
hablar ni una lengua ni otra.
El francés del español
tomó voces, aunque pocas,
el español al francés
casi se las tomó todas.
Manda el ama separarlos,
y el francés luego reforma
las palabras que aprendió
de lengua que no es de moda
el español, al contrario,
no olvida la jerigonza,
y aun discurre que con ella
ilustra su lengua propia.
Llegó a pedir en francés
los garbanzos de la olla,
y desde el balcón de enfrente
una erudita cotorra
la carcajada soltó,
haciendo del loro mofa.
Él respondió solamente,
como por tacha afrentosa:
Vos no sois una PURISTA;
y ella dijo: A mucha honra.
¡Vaya, que los loros son
lo mismo que las personas!
Tomás de Iriarte
otra agresión...otra sentencia
Esta vez ha ocurrido en Canarias. Una profesora, agredida por una alumna, será indemnizada por los padres de la criatura con 3.000 euros. Nuevamente se cumple la ley aplicando los artículos 550 y 551-1 del Código Penal, que reconocen que "son reos de atentado los que acometan a la autoridad, a sus agentes o funcionarios públicos, o empleen fuerza contra ellos, los intimiden gravemente o les hagan resistencia activa también grave, cuando se hallen ejecutando las funciones de sus cargos o con ocasión de ellas".
Hay que dar publicidad a estas noticias para que todo el personal se mentalice de que no sale gratis agredir a un profesor. No se respetan nuestros derechos laborales adquiridos, tampoco contamos ya con un reconocimiento social; por tanto, nos queda el que al menos se respete nuestra dignidad, y si ha de ser a golpe de sentencia, sea. ¡Basta ya!
Ánimo para la compañera que ha sufrido la agresión.
Hay que dar publicidad a estas noticias para que todo el personal se mentalice de que no sale gratis agredir a un profesor. No se respetan nuestros derechos laborales adquiridos, tampoco contamos ya con un reconocimiento social; por tanto, nos queda el que al menos se respete nuestra dignidad, y si ha de ser a golpe de sentencia, sea. ¡Basta ya!
Ánimo para la compañera que ha sufrido la agresión.
viernes, 10 de diciembre de 2010
no nos pisemos la manguera
Vamos bien, ya se empiezan a poner las cosas en su sitio. Esa "señora" que agredió a una maestra de Fuentevaqueros-como dijimos en este foro-, ha sido condenada a tres años de cárcel. Se trata de algo histórico; esperemos que sirva de precedente para que se les bajen los humos a quienes pretenden convertir nuestro trabajo en una profesión de riesgo. Se acabarán buena parte de las bajas entre el profesorado y el ambiente en los centros mejorará notablemente.
Hay otra parte que nos corresponde a nosotros. Cada comienzo de curso conviene recordar en la tutoría de padres que somos los profesionales, y que ellos no pueden venir a darnos lecciones como nosotros no se las damos a ellos, ni al mecánico, ni al peluquero ni a la conductora del autobús. Y no se puede ceder un ápice en esto, ni utlizar sordina para tenerles contentos. ¡Dejémonos trabajar unos a otros!
No nos engañemos, los padres no "colaboran" con nosotros en la educación de sus hijos, sino que somos nosotros los que colaboramos con ellos en la parte que nos corresponde. Echando cuentas: cinco horas sobre veinticuatro que tiene el día; las otras diecinueve son tarea suya. Y cada uno debe conocer perfectamente en qué consiste esa tarea, sin pisarnos la manguera, por el bien de sus hijos.
Hay otra parte que nos corresponde a nosotros. Cada comienzo de curso conviene recordar en la tutoría de padres que somos los profesionales, y que ellos no pueden venir a darnos lecciones como nosotros no se las damos a ellos, ni al mecánico, ni al peluquero ni a la conductora del autobús. Y no se puede ceder un ápice en esto, ni utlizar sordina para tenerles contentos. ¡Dejémonos trabajar unos a otros!
No nos engañemos, los padres no "colaboran" con nosotros en la educación de sus hijos, sino que somos nosotros los que colaboramos con ellos en la parte que nos corresponde. Echando cuentas: cinco horas sobre veinticuatro que tiene el día; las otras diecinueve son tarea suya. Y cada uno debe conocer perfectamente en qué consiste esa tarea, sin pisarnos la manguera, por el bien de sus hijos.
martes, 7 de diciembre de 2010
Con-trolando
Amigos controladores:
No sabéis cómo me solidarizo con vosotros en estos momentos tan difíciles. Claro que, mi solidaridad y mi empatía se incrementarían en la misma proporcionalidad que se incrementase mi sueldo para equipararse al vuestro. ¡Y eso que no soy materialista!
Dicho lo cual, paso a informaros de que en este país hay colectivos que por un sueldo muchísimo más moderado trabajan más horas, como es el caso de los médicos. Otros, como nosotros los maestros, podemos presumir de tener tanta o más responsabilidad que vosotros. Eso sí, ganando 10 veces menos de lo que se ha publicado que es la media de vuestras nóminas. No obstante, no os voy a relatar, como suelen hacer algunos compañeros, las desgracias que les acontecen en aulas y recreos, porque hace tiempo que perdimos ( si es que lo tuvimos alguna vez) el estatus que creemos merecer, y que vosotros sí tenéis y paseáis día y noche por delante de nuestras narices.
Por contra, presumiré de trabajar en lo que me gusta, de hacerlo con total vocación, lo que es un plus más importante que la nómina y, ¡ojo!, nadie me paga los desvelos ni las horas extras que cada día, también en vacaciones, dedico a mi colegio, a mis alumnos.
El colectivo al que pertenezco también ha sufrido recortes, ¡y maldita la gracia que nos hace cobrar un 5% menos! Nadie vino a darnos palmaditas y a ninguno se nos ocurrió salir de clase dejando a los chicos a la buena de Dios. Esperábamos algo más de nuestros compañeros liberados sindicales, eso sí. ¡Fijaos qué ingenuos somos todavía!
Comprendo que, en momentos difíciles, tengo que apechar hasta que pasen las vacas flacas para que otros puedan siquiera sobrevivir (y no es una forma de hablar, es literal). Que también es verdad que quienes debieran empezar dando ejemplo son los políticos, que no ceden en sueldos ni en privilegios, y piden lo que ellos no están dispuestos a dar.
En fin, que lo penséis un poquito. Hay mejores modos de hacer las cosas sin que se vuelvan contra uno. Porque si teníais algo de razón, con esta pataleta la habéis perdido, al igual que quien grita para reafirmar lo que dice, como si los decibelios y los argumentos fueran gemelos.
No me imagino, seguro que vosotros tampoco, a todos los responsables del abastecimiento de agua de una ciudad parando al unísono; o a todo un claustro de maestros abandonando el colegio a media mañana; o a todos los enterradores tomándose una semanita de vacaciones. ¿A que no?
No sabéis cómo me solidarizo con vosotros en estos momentos tan difíciles. Claro que, mi solidaridad y mi empatía se incrementarían en la misma proporcionalidad que se incrementase mi sueldo para equipararse al vuestro. ¡Y eso que no soy materialista!
Dicho lo cual, paso a informaros de que en este país hay colectivos que por un sueldo muchísimo más moderado trabajan más horas, como es el caso de los médicos. Otros, como nosotros los maestros, podemos presumir de tener tanta o más responsabilidad que vosotros. Eso sí, ganando 10 veces menos de lo que se ha publicado que es la media de vuestras nóminas. No obstante, no os voy a relatar, como suelen hacer algunos compañeros, las desgracias que les acontecen en aulas y recreos, porque hace tiempo que perdimos ( si es que lo tuvimos alguna vez) el estatus que creemos merecer, y que vosotros sí tenéis y paseáis día y noche por delante de nuestras narices.
Por contra, presumiré de trabajar en lo que me gusta, de hacerlo con total vocación, lo que es un plus más importante que la nómina y, ¡ojo!, nadie me paga los desvelos ni las horas extras que cada día, también en vacaciones, dedico a mi colegio, a mis alumnos.
El colectivo al que pertenezco también ha sufrido recortes, ¡y maldita la gracia que nos hace cobrar un 5% menos! Nadie vino a darnos palmaditas y a ninguno se nos ocurrió salir de clase dejando a los chicos a la buena de Dios. Esperábamos algo más de nuestros compañeros liberados sindicales, eso sí. ¡Fijaos qué ingenuos somos todavía!
Comprendo que, en momentos difíciles, tengo que apechar hasta que pasen las vacas flacas para que otros puedan siquiera sobrevivir (y no es una forma de hablar, es literal). Que también es verdad que quienes debieran empezar dando ejemplo son los políticos, que no ceden en sueldos ni en privilegios, y piden lo que ellos no están dispuestos a dar.
En fin, que lo penséis un poquito. Hay mejores modos de hacer las cosas sin que se vuelvan contra uno. Porque si teníais algo de razón, con esta pataleta la habéis perdido, al igual que quien grita para reafirmar lo que dice, como si los decibelios y los argumentos fueran gemelos.
No me imagino, seguro que vosotros tampoco, a todos los responsables del abastecimiento de agua de una ciudad parando al unísono; o a todo un claustro de maestros abandonando el colegio a media mañana; o a todos los enterradores tomándose una semanita de vacaciones. ¿A que no?
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