La maestra se había desgañitado para enseñarles los números romanos a los alumnos. Álvaro, pese a sus esfuerzos, no llegó aprender el valor de cada una de las letras. Así pues, la maestra decidió dejarlo para otro momento y aprovechar el resto del tiempo para leer.
"Allí, en el convento de las MM. Agustinas es donde tuvo lugar...", decía el texto.
- Lee tú mismo, Álvaro-, señaló la maestra.
Y Álvaro leyó:
"Allí, en el convento de las DOS MIL Angustias...".
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