domingo, 28 de febrero de 2010

deseducando

Deseducación para esta semana:

* Levantar el dedo corazón haciendo una "peineta". (Aznar)
* Conducir con el doble de tasa permitida de alcohol en sangre. (Nacho Uriarte, Diputado del PP, Vocal de la Comisión de Seguridad Vial del Congreso hasta hace unos días).
* Llamar h...de p...a un compañero. (Esperanza Aguirre).
* Un finalista de la gala de Eurovisión realiza gestos obscenos al público.
* El Vicepresidente tercero de la Generalitat Valenciana se dirige a una diputada socialista señalando que "probablemente no conoce a su padre".

Comentarios
Profesor girafales dijo...
Muy educativo. El día en que estos digan realmente lo que piensan vas a tener un filón. Esto es la consecuencia normal de que la cabra tire pal monte, o la gaviota, mejor dicho.
28 de febrero de 2010 22:27

Hoy también he dedicado mi post a hablar de la mala educación que nos rodea. He puesto otros ejemplos, y es que lo malo abunda, por desgracia. Por fortuna, los que tenemos la buena costumbre de visitar blogs como éste sabemos y podemos disfrutar de la lengua muy bien utilizada.
Un saludo. Yolanda
 
Gracias, Yolanda. Los blogs existen gracias a quienes los visitan. Contar con tu opinión es una suerte. Un saludo. Javier.

profesor de educación física e historia

sábado, 27 de febrero de 2010

causa sin rebeldes

A la bautizada “Generación NI NI” le sucederá sin duda la “Generación NA NA”. Se tratará de seres sin obligación alguna, con todos los derechos adquiridos y a quienes habrá que cantar una nana mientras se les cambia el pañal. Seres inertes, manos ocupadas en un teclado virtual, ojos fijos en una pantalla desde la que gestionarán su supuesta vida. Vivirán en cubículos oscuros, - las pantallas reflejan la luz-, y disfrutarán de innumerables hipotéticas fiestas. ¡Y serán felices! Felices en el sentido de felicidad creado desde que el conformismo se alistó entre nosotros.
La generación de los 80 es la denominada “Generación Y”, y no merece muchas líneas pues son un "sí-es no-es" indefinible. Habrá de pasar tiempo para conocer el alcance de su presencia, si es que la tuvieron alguna vez.
Antes, los nacidos en la década de los 60, somos la “Generación X”, incógnita que define perfectamente nuestra esencia y niega nuestra existencia. Sobrevivimos por el duro trabajo de nuestros padres y, lloramos mucho para superar sus miedos de posguerra. No estábamos preparados para asimilar sus carencias y tampoco para innovar sin que nos defenestrasen. Sencillamente se nos ignoraba.
Nos codeamos con los mejores, desde Gandhi hasta Ché Guevara, pasando por el propio Jesucristo o Bob Dylan, Los Beatles o la quinta del Buitre. Algunos, además, y por necesidades del guión, conocimos a Hesse, a Molière e incluso a Hans Küng. Aprendimos a decir no, a costa incluso de perder trabajos, con tal de no tragar con el caciquismo imperante, coletazos del antiguo régimen, durante la transición. La confianza en nuestras capacidades lo permitía; sabíamos que más pronto que tarde la vida nos guardaba un sitio, el nuestro. Y negábamos, por ello, todo lo que no se acomodase a los valores que habíamos aprendido.
Nos llamaron de todo quienes preferían guardar sus talentos en lugar de luchar, invertirlos en su futuro. “Un día te vas a estrellar...”, nos decían.
Daba miedo escuchar eso. Pero se nos pasó el día en que un camión realizó un adelantamiento y nos dejó su remolque apenas a un palmo de nuestro parabrisas. Descubrimos de repente que era más fácil estrellarse, sin eufemismos, contra un trailer alemán a pesar de respetar las señales, que rebelándonos contra lo establecido.
Hoy somos – el verbo ser siempre estuvo peleado con el “tener”- lo que quisimos ser. Disfrutamos de lo que siempre quisimos hacer. Conocemos el significado de la palabra trabajo, y justicia, y solidaridad. Y los profetas apocalípticos, a estas alturas, todavía se atreven a darnos consejos: “Te vas a estrellar...”. Porque seguimos recomponiendo el mundo aunque nos llamen ilusos y, como decía Badem Powell, queremos dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos, queremos pasar por la vida y no que la vida pase por nosotros.
Nuestros alumnos absorben algo de esta quintaesencia que les transmitimos. Lo menos, pues el influjo mediático y la impunidad les protege. En medio de una crisis galopante, con un futuro más que incierto, echo de menos esa rebeldía de la que aún guardamos rescoldos y que ni siquiera ha prendido en esta nueva generación apática, abúlica y triste. Por eso, cuando un alumno, casi nunca, viene a reclamarme algo, a protestar por algo, me reconozco en él y confío en que no corre horchata por sus venas. Incluso, si son sus padres quienes se rebelan, casi nunca, me queda la esperanza de que algo podrán inculcarle de ese espíritu inconformista.
Algún día, algún día nos estrellaremos por intentar imitar a nuestros referentes; algún día, algún atrevido alumno se estrellará por intentar imitarnos. Eso sí, antes tiene muchas oportunidades de hacerlo, sin eufemismos, contra un camión alemán cuyo conductor olvide mirar por el retrovisor.

jueves, 25 de febrero de 2010

a por los funcionarios

Ya nos habían señalado como culpables de la crisis mundial; unos con el dedo corazón al estilo conocido como "peineta" y otros con el el dedo índice (más bien indeciso) de decir hoy una cosa y mañana la contraria.
Nadie reparó en nuestro trabajo en tiempos de bonanza, en nuestros problemas o satisfacciones. Pero, en cuanto empiezan a pintar bastos, todas las miradas se dirigen al funcionariado. Los tópicos vuelven a emerger: vagos, inútiles, pesebreros..., en fin, nos regalan los más variopintos adjetivos en foros y tertulias.
Detectado el culpable, solo falta emitir la sentencia. Al parecer, la solución a esta crisis galopante pasa por dar un buen tijeretazo a las condiciones laborales de los funcionarios. Hablan de reducir plantillas, reducir sueldos...en fin, reducir derechos.
Nadie vendrá a interesarde por nuestro trabajo, por nuestro sueldo, pero sus tópicos de barra de bar han vuelto a airearse convirtiéndonos, de repende, en los demonios del sistema.
Cumplimos sobradamente nuestro horario, las horas extras no las cobramos; estamos disponibles, día, y a veces noche, para nuestros alumnos. Somos maestros, psicólogos, pedagogos, médicos, asesores, mediadores...pero solo nos pagan un sueldo. Seguimos formándonos para estar al día con las TIC, con las nuevas corrientes, con los nuevos tiempos. Asistimos a congresos, cursos de todo tipo. Pero esto no se conoce, no hemos sabido venderlo como un diputado sabe vender con arte y mucha labia sus ausencias a los Plenos y su abultado sueldo. Y enciema le aplauden.
Nadie se acordó de nosotros cuando en la mayoría de trabajos los sueldos eran desorbitados, y sí, los pagamos nosostros hipotecándonos para que ellos - constructores y derivados- paseasen en vehiculos de alta gama y nuestros políticos siguieran inaugurando autovías por kilómetros y hospitales por baldosas.
Ahora, mientras unos nos miran con recelo porque "cobramos de sus impuestos", a veces no declarados, los otros, para proteger sus posaderas - en lugar de revisar sus multimillonarias nóminas-, se acuerdan de nosotros- eternos olvidados- para salvar al país de las garras de déficits, inflacciones y demás.
Ahora pueden ocurrir dos cosas. Si la jugada sale mal, siempre podrán seguir recortándonos derechos - a lo mejor los compañeros liberados, como a ellos algo les toca- dejan unos días sus sedes para que les dé el aire y el sol. Y si sale bien, habrán justificado su medida y siempre podrán remitirse a ella con cualquier excusa; por ejemplo, seguir ganando más reduciendo nuestras nóminas.
Conformistas, silenciosos, acostumbrados, abúlicos,... estamos a merced de estos vaivenes. Pero no nos engañemos, la culpa es nuestra. Tenemos formación, tenemos razones, tenemos motivos...pero nos falta otra cosa. Empieza por c....

Comentarios

Profesor girafales dijo...
Somos el blanco fácil. Si tuviésemos cierta capacidad de unión más de uno se lo iba a pensar antes de situarnos en el blanco de los recortes. Veremos qué nos depara el futuro compañero.Saludos.

domingo, 21 de febrero de 2010

la mala educación

Una historia en dos partes:

1ª parte
Cuatro impresentables de la Universidad de Oviedo asisten a una conferencia con el único fin de reventarla. A base de gritos, insultos y demás lindezas consiguen un protagonismo vergonzoso nada propio de un estudiante universitario.
¿Qué hemos hecho con nuestros alumnos para que se pronuncien en público de manera tan rudimentaria?

2ª parte
Un expresidente de Gobierno intenta ofrecer una conferencia en la Universidad de Oviedo. Un grupo de universitarios le abuchean e insultan, lo que dificulta su tarea.
Acabada la charla, al pasar delante de ellos y observando cómo le increpan, levanta su dedo corazón haciendo lo que se conoce como "peineta". ¿Qué ejemplo reciben nuestros alumnos en la calle? ¿Puede una persona de tanta relevancia dejar de ser referente para ellos por su falta de decoro y educación?

En otras ocasiones hemos comentado que nuestra tarea, a fecha de siglo XXI, es "deseducar" a nuestros alumnos de lo que reciben en la calle, en los medios... Y luego, intentar cambiar ese chip mediante nuestro ejemplo.
Hace no mucho tiempo no era necesario esta tarea; lo que recibías en el colegio tenía bastante que ver con lo que ocurría fuera. Había una lógica que no sorprendía. Ahora hay una ilógica que nos complica mucho el día a día.

Ni la Universidad ha mostrado su mejor cara, ni una persona de tanta trascencendencia mediática ha sabido estar a la altura. La basura hay que tirarla, sí; pero en en el contenedor.

Comentarios

No sé qué es peor, la mala educación de unos jóvenes exaltados o la chulería impresentable de quien un día fue Presidente de Gobierno. Oyendo lo que dijo en la conferencia se entiende la indignación del auditorio, pero eso no justifica su actuación. Hemos perdido la noción de los límites, ya no diferenciamos lo correcto de lo incorrecto. O sí, pero da lo mismo, las normas están para saltárselas. ¿Qué podemos hacer en las aulas? Pues lo mismo de siempre, pero con más trabas, lo que significa menos efectividad. Con la diferencia de que a nosotros, por mucho menos de lo que hizo el señor Aznar, nos expedientan o por lo menos nos cae una buena bronca, denuncias de los padres o como mínimo un rato largo de reproches y peticiones de dimisión u otras lindezas. Así nos va.
Un saludo. Yolanda

el ROC de la clase

sábado, 20 de febrero de 2010

el método ATENAS

No os voy a contar nada nuevo; si acaso, recordaros un par de cosillas muy importantes para que nuestro trabajo no sea baldío. Lo he denominado "Método ATENAS", y en él recojo el proceso de enseñanza/aprendizaje en solo unas líneas.

ATENDER
ENTENDER
ASIMILAR

Atender es poner todos los sentidos en lo que estamos haciendo, evitar cualquier motivo de distracción, concentrarnos en la tarea presente dejando de lado cualquier preocupación.  Un alumno que presta atención tiene hecha buena parte de la tarea. Podrá diferenciar lo que entiende de lo que no y, sobre todo, al mismo tiempo estará dejando que los demás atiendan, realicen su trabajo.
Si el alumno está en disposción de trabajar en clase, es tarea nuestra presentar los elementos motivadores necesarios para mantener esa atención.

Entender es comprender. Podemos dar una maravillosa clase en chino, pero a menos que nos haya llegado un alumno de la República Popular, de nada servirá. Debemos hacernos entender, prescindiendo de tecnicismos, neologismos..., y bajar al nivel adecuado del grupo de alumnos. No somos los protagonistas, son ellos. Es preciso utilizar el mismo código para hacernos entender. Si el alumno entiende lo que decimos, podrá comprender cada contenido y, en todo caso, tendrá la opción de preguntar. Cuando se crea una atmósfera turbia de palabras ininteligibles, como mucho conseguiremos un aburrido silencio, mentes absortas y pérdida de interés.

Asimilar. Si el alumno ha estado atento durante la tarea realizada en clase; si ha comprendido lo que le hemos comunicado y ha expuesto sus dudas, se encuentra en disposición de asimilar lo trabajado. Para ello podemos partir de la realización de tareas en el propio aula, ejercicios para casa sobre la teoría o trabajos de investigación.

Si el alumno es capaz de recorrer este simple pero necesario proceso, se sentirá protagonista, se convertirá en parte activa del mismo y, lo más importante, alcanzará el gozo de aprender.

Mirad a ver dónde se encuentra cada uno de vuestros alumnos y ayudarles a dar un paso más. Haced crítica de vuestros métodos para facilitar este proceso y veréis como cambian vuestras clases y cómo mejoran los resultados.

Comentarios

Estupendo recordatorio, colega. Dar una clase supone estar en tensión durante una hora, sin poder bajar la guardia, manteniendo el rigor (no la rigidez) sin perder la amenidad y solucionando cualquier contratiempo. Ayer, por ejemplo, tuve que interrumpir la clase de Matemáticas porque un niño, quizá el mejor dotado para esta asignatura, se echó a llorar porque algunos se metían con él precisamente por serlo. La labor de tutoría sigue siendo fundamental, aunque a veces no todo el mundo la entienda.
Lo que más cuesta hacer entender a los alumnos, a mi juicio, es la importancia del esfuerzo personal. Dedican poco tiempo al estudio, fallan mucho en los deberes y no parecen muy estimulados para mejorar su rendimiento. La clave está muchas veces en las familias, ya lo hemos dicho en tantas ocasiones que cansa repetirlo. Nosotros cumplimos de sobra, pero, ¿y ellos?
Un abrazo, colega.
Yolanda

martes, 9 de febrero de 2010

sindicalistas, sindicalistos

Hace más de tres años que no veo a un sindicalista por mi colegio. Eso sí, me consta que alguno ha aparecido alguna vez en este período de tiempo, por más no electoral. Ocupados deben estar peleando por nuestras subidas de sueldo (el 0,3 %), protestando por cómo "no" se cubren bajas a tiempo, y mejorando todo lo que pregonan: la calidad de la enseñanza, la escuela pública, laica...Con la que está cayendo y, ¡oigan!, qué felices estamos sabiendo que están ahí, en la sombra, cubriéndonos las espaldas, haciéndonos más fácil el trabajo de cada día,...
Si acaso, echamos de menos algún seguimiento de bajas, alguna consulta sobre nuestro trabajo, alguna movilización,...Vamos, pequeños detalles sin importancia...
Gracias a nuestros compañeros liberados, muchos de ellos de larga experiencia (10-12 años?), por su labor nunca comprendida y su nunca valorada entrega.
Como dice la canción: "por mi casa no ha pasado tan importante señor...".
(continuará...)

Comentarios

Se merecen todo lo que dices y mucho más. Menuda jeta gastan la mayoría... Sólo conozco a uno, de CCOO, que es como deberían ser todos. El resto, unos señoritos que ya no recuerdan cómo es un niño. "Renegados de la tiza", ya sabes. La última vez que estuvo una en el colegio presencié un escena bochornosa: por error nadie se enteró de su llegada y encima coincidió que el lugar que le habían asignado estaba ocupado por una reunión de departamento. Una colega, de ideas políticas totalmente contrarias a las de este sindicato, empezó a soltar sapos y culebras sin venir a cuento y la pobre chica se fue llorando escaleras abajo. Conseguí pararla y hablar un rato con ella hasta que se tranquilizó, pero supongo que se llevó una imapresión penosa de mi colegio. Eso no quita para que siga pensando lo mismo de los sindicatos. Son la otra cara del poder, nada de su propósito inicial de defender a los trabajadores. Con la que está cayendo y nosotros cada vez más desprotegidos... En fin...
Yolanda

domingo, 7 de febrero de 2010

hijos en la ESO

Desgraciadamente, casi todos hemos tenido que lidiar con algún "angelito". Peor aún, más tarde nos ha tocado soportar la chulería de sus progenitores. Dicho esto, no me queda sino recomendar el siguiente artículo a mis compañeros; por su parte, a los padres de las criaturas no les recomiendo nada, en el pecado llevan la penitencia.

http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/387125/senores/padres/con/hijos/la/eso.html

viernes, 5 de febrero de 2010

crisis en la educación

¿Cuántas veces sin comerlo ni beberlo te han hecho culpable de algo absolutamente ajeno a tí? Estás tranquilamente en tu casa, intentando disfrutar del fin de semana. Te preguntas, mirando las apocalípticas noticias en distintos medios: ¿Quién será el culpable de la crisis? Sí, efectivamente, eres tú. Tú, que acabas de lidiar con dos docenas de chavales, dejándote la piel y las programaciones para que terminen la ESO sabiendo leer y escribir. El Secretario de Estado de Hacienda lo tiene clarísimo, pide que se reduzcan los gastos en educación y sanidad. ¡Justo lo contrario de lo que siempre habíamos pensado! Y me pregunto: ¿Cómo se reducen gastos en educacion?, ¿abriendo las ventanas los días de invierno que no funciona la calefacción?, ¿reduciendo la congelada nómina del profesorado?, ¿dejando más bajas sin cubrir?...
¡No quiero ni imaginarme cómo reducirán gastos en sanidad!
Eso sí, un señor del BBVA se embolsa 79 millones de euros para su jubilación. ¿Y todavía dicen que estamos en crisis? Demasiado poca tenemos.

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Tienes razón: no nos dejan ni siquiera descansar en casa. Sin darnos la importancia que merecemos, todos los partidos enarbolan la educación como estandarte de sus programas electorales. Pero cuando llegan al poder se olvidan de nosotros: nunca nos dan la financiación suficiente, y sin embargo todo funciona, desde Infantil hasta la Universidad. ¡Somos la leche! Como he comentado en el blog de Clares, anoche mismo un mindundi decía por la radio que la primera de sus doce medidas para salir de la crisis era el cheque escolar. ¡Bravo, señor economista! Y nosotros pidiendo más recursos, más profesores, más material, menos alumnos por aula... Nada, que como no somos economistas no sabemos lo que nos conviene. ¿Qué más nos van a quitar? En Madrid estamos a un paso de la privatización. Si creen que ésa es la solución a la crisis y a las deficiencias del sistema educativo, vamos dados...
Un saludo, y trata de descansar a pesar de todo.
 Yolanda