La rabia que sentí hace cuatro años cuando una compañera fue agredida por la madre de una alumna y por la propia alumna, es proporcional al desencanto por la nula respuesta de nuestros compañeros sindicalistas.
Se ha producido una nueva agresión, en este caso en Fuentevaqueros. La víctima una compañera de 23 años, recién estrenado su puesto de trabajo. ¿Su delito? Cumplir meticulosamente con el deber de cuidar el tiempo de recreo.
Bien. Hasta aquí la noticia.
¿Y ahora?
Se ha producido una nueva agresión, en este caso en Fuentevaqueros. La víctima una compañera de 23 años, recién estrenado su puesto de trabajo. ¿Su delito? Cumplir meticulosamente con el deber de cuidar el tiempo de recreo.
Bien. Hasta aquí la noticia.
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