Ya, sí ya; ya sabemos que el mundo se acabará mañana, de madrugada para ser más exactos. Y será la enésima vez que se acabe, o más. A menos, claro está, que la derecha española esta misma noche mantenga una reunión de urgencia, convoque a sus ilustrados de Gacetas e Intereconomías, y nos salven de semejante catástrofe.
¿Por qué habrá tardado tanto el personal en sacar la patita?
Podrían haber empezado por ahí. Porque es evidente que, participando gente de diferentes colores, pensábamos que había algo común que nos unía, respecto a la educación, digo. Pues no, ahora resulta que todo lo que aparece, después de tanto tiempo, son las mismas profecías apocalípticas de siempre. Las mismas que nos regala la derecha española día sí, día también, en sus medios afines.
No es que la LOGSE sea pésima-que lo es-, no; es que es malo hasta el último bedel que trabaje en el ministerio de educación; mientras gobierne el PSOE, se entiende. Y eso que hace unos añitos que la educación es competencia de las comunidades autónomas. No es que ZP sea malo malísimo, no. Es que es peor Rubalcaba, lo que libra de que sea peor Carmen Chacón. Y así sucesivamente.
¿Qué nos quieren vender? Díganlo de una santa vez porque estamos en ascuas. “Fines del mundo”, “consignas”, “conspiraciones marca 11M” y “justicia injusta” ya no compramos. Dígannos qué nos venden, cuál es su penúltima consigna; de programas mejor no hablamos. ¿Cuál es su propuesta en educación y cuánto van a tardar en ponerla en práctica? ¿O les va a pasar como con aquella maravillosa LOCE y con aquella fascinante, interpretadora particular de resultados electorales, señora Del Castillo?
¿Qué temen ahora que el mapa de España es azul casi por completo?, ¿o les molesta, les fastidia, les impide aplicar sus fascinantes y cautivadoras políticas educativas, el que siga habiendo un “casi”?, ¿nos devolverán a los gloriosos años de verdadera libertad, educación ejemplar, sanidad inmejorable, economía saludable, igualdad social,…de finales de los 90 y principio de los 00 en que los “sociatas” – ya sabemos cómo llegaron al poder-, les mandaron a “pensar” al rincón?
No, miren; Zapatero no es alienígena, el 11M no fue obra de ETA y Leonardo di Caprio no murió en el Titanic; Rubalcaba no está imputado, el PSOE no se ha cargado la economía mundial ni el presidente de la comunidad valenciana es Pepe Blanco; los burros no vuelan, Caperucita es de mentira y el PP no nos subirá un 70% las nóminas; Acebes, tanta paz lleve como descanso deja, no es ejemplo de laboriosidad (5 intervenciones en 3 años), Cospedal no pide en el metro y Rajoy – que no suele aceptar preguntas de los medios- casi siempre lleva chuleta porque no es el mejor improvisador del mundo. Con el inconveniente de que a veces no entiende su propia letra.
Dicho lo cual, y esperando que esta madrugada alguien ponga remedio al próximo fin del mundo, previsto por la derecha española para mañana miércoles, día de Santa Micaela, me pongo a sus pies y espero que, por el bien de todos, vayan mostrándonos los remedios y panaceas que elevarán nuestra educación a los niveles de Finlandia, o más.
Un placer, como siempre.
Y ahora, qué…¿hablamos de educación?
¿Por qué habrá tardado tanto el personal en sacar la patita?
Podrían haber empezado por ahí. Porque es evidente que, participando gente de diferentes colores, pensábamos que había algo común que nos unía, respecto a la educación, digo. Pues no, ahora resulta que todo lo que aparece, después de tanto tiempo, son las mismas profecías apocalípticas de siempre. Las mismas que nos regala la derecha española día sí, día también, en sus medios afines.
No es que la LOGSE sea pésima-que lo es-, no; es que es malo hasta el último bedel que trabaje en el ministerio de educación; mientras gobierne el PSOE, se entiende. Y eso que hace unos añitos que la educación es competencia de las comunidades autónomas. No es que ZP sea malo malísimo, no. Es que es peor Rubalcaba, lo que libra de que sea peor Carmen Chacón. Y así sucesivamente.
¿Qué nos quieren vender? Díganlo de una santa vez porque estamos en ascuas. “Fines del mundo”, “consignas”, “conspiraciones marca 11M” y “justicia injusta” ya no compramos. Dígannos qué nos venden, cuál es su penúltima consigna; de programas mejor no hablamos. ¿Cuál es su propuesta en educación y cuánto van a tardar en ponerla en práctica? ¿O les va a pasar como con aquella maravillosa LOCE y con aquella fascinante, interpretadora particular de resultados electorales, señora Del Castillo?
¿Qué temen ahora que el mapa de España es azul casi por completo?, ¿o les molesta, les fastidia, les impide aplicar sus fascinantes y cautivadoras políticas educativas, el que siga habiendo un “casi”?, ¿nos devolverán a los gloriosos años de verdadera libertad, educación ejemplar, sanidad inmejorable, economía saludable, igualdad social,…de finales de los 90 y principio de los 00 en que los “sociatas” – ya sabemos cómo llegaron al poder-, les mandaron a “pensar” al rincón?
No, miren; Zapatero no es alienígena, el 11M no fue obra de ETA y Leonardo di Caprio no murió en el Titanic; Rubalcaba no está imputado, el PSOE no se ha cargado la economía mundial ni el presidente de la comunidad valenciana es Pepe Blanco; los burros no vuelan, Caperucita es de mentira y el PP no nos subirá un 70% las nóminas; Acebes, tanta paz lleve como descanso deja, no es ejemplo de laboriosidad (5 intervenciones en 3 años), Cospedal no pide en el metro y Rajoy – que no suele aceptar preguntas de los medios- casi siempre lleva chuleta porque no es el mejor improvisador del mundo. Con el inconveniente de que a veces no entiende su propia letra.
Dicho lo cual, y esperando que esta madrugada alguien ponga remedio al próximo fin del mundo, previsto por la derecha española para mañana miércoles, día de Santa Micaela, me pongo a sus pies y espero que, por el bien de todos, vayan mostrándonos los remedios y panaceas que elevarán nuestra educación a los niveles de Finlandia, o más.
Un placer, como siempre.
Y ahora, qué…¿hablamos de educación?
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