martes, 26 de febrero de 2013

Otraaaaa Ley de Educación

Así empieza...

Anteproyecto de ley orgánica para la mejora de la calidad educativa


EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

I

Los alumnos son el centro y la razón de ser de la educación. El aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, criticas, con pensamiento propio. Todos los alumnos tienen un sueño, todas las personas jóvenes tienen talento. Nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país.

Todo bien, salvo que:

1) Esto no se lo cree ni el que asó la manteca.

2) Este pequeño párrafo incluye una falta de ortografía.

3) "Los alumnos son el centro y la razón de ser de la educación". Claro que, algunos asisten a clase en barracones, en edificios con goteras, sin calefacción, con recursos limitados, sin los profesores necesarios, se les suben las tasas, se les limitan las becas...

4) "formar personas autónomas". ¡Ja! Autónomas para coger un avión que les lleve a Alemania o a Uruguay a buscar trabajo.

5) "formar personas críticas". Y una vez lo hayamos conseguido, ya nos encargaremos nosotros con los medios de comunicación públicos que ellos mismos pagan, con un código penal adecuado, con dudosas actuaciones de las fuerzas de seguridad, de que no puedan ejercer esa crítica.

6) "formar personas con pensamiento propio", es decir, con nuestro propio pensamiento, que piensen como nosotros.

7) "Todos los alumnos tienen un sueño". Eso es verdad, pero las barreras para llegar a cumplirlo son infinitas.

8) "todas las personas jóvenes tienen talento". Sí, pero no les sirve de mucho porque están gobernados por personas que carecen de ese talento.

9) "Nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país". Pues a ver si conseguimos que las personas de talento ocupen los cargos de responsabilidad, y quienes fabricaron sillones a la medida de sus posaderas se vayan de una santa vez, que su vocación de servicio a los ciudadanos ya está suficientemente sublimada. ¡Que no nos sirvan más, que nos salen muy caros sus servicios!

Y esto es solamente el principio...Pero no preocuparse, en un plazo de tres años podremos tener una nueva Ley de Educación, casi con toda seguridad peor que la anterior. ¡Y nos hablan de talento quienes han sido incapaces de llegar a un consenso en más de 30 años! ¡Tiene guasa!



martes, 19 de febrero de 2013

Un cuerpo privilegiado


“Los profesores son un cuerpo privilegiado”. María del Carmen Martín Irañeta, diputada de Madrid por el Partido Popular.

Por fin alguien dice una verdad. Despertarse cada mañana es una aventura, no ya por el día maravilloso que se presenta ante nosotros sino por qué será lo próximo que nos despierte así, de un guantazo.

Efectivamente, señora diputada, ser profesor es un privilegio; y lo es porque uno decide dedicarse a la educación por muchos motivos, entre los cuales ni el sueldo ni las vacaciones tienen un lugar preferente. Uno decide ser profesor aún a sabiendas de ser, en estos tiempos, una tarea desagradecida, denostada y estigmatizada gracias a estas ocurrencias. Ser profesor es un privilegio porque nada encontramos más gratificante que dedicarnos a lo que nos entusiasma, nos complace y nos seduce. Ser maestro es un privilegio, y por eso hemos dedicado la mitad de nuestra vida a prepararnos para afrontar todo tipo de retos, desde impartir materias en las que no somos especialistas, trabajar con un grupo de diferentes niveles o atender a un alumno en un momento crítico. Ser maestro es un privilegio, por eso acudimos puntuales a nuestra tarea, preparamos convenientemente las clases, no tenemos horarios para atender a padres y alumnos. Ser profesor es un privilegio, por eso cada día nos embarcamos en nuevos proyectos, realizamos cursos de formación para enfrentarnos a los desafíos de los nuevos tiempos, nos reinventamos cada día.

Sí, señora diputada, ser profesor es un privilegio.

Y lo es a pesar de tener que soportar el que nos impongan una nueva ley de educación cada cuatro años, que desprecien nuestra labor y, cuando vivíamos las vacas gordas, nos mirasen por encima del hombro quienes, como el cura de “Mar adentro”, confundían “la gimnasia con la magnesia”. Hace solamente dos años, ser profesor no era un privilegio, era una “desgracia”, pues quienes hoy tratan de deshonrar nuestro trabajo, no se acordaban de que estábamos ahí. Y es que, entonces, en este país muchos se saciaban con la sopa boba, los mismos que hoy gritan a los cuatro vientos que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, nos piden “austeridad” y nos usurpan derechos mientras, ellos sí, son unos privilegiados que disponen cuál ha de ser su propio sueldo, las condiciones de su jubilación, su asistencia o no al trabajo y un sinfín de despropósitos que cada día nos sacuden porque, ¡oiga!, “los profesores somos un cuerpo privilegiado”.

Somos un cuerpo privilegiado que, antes de acceder al aula, hemos dedicado muchas horas, muchos días, muchos años, a preparar una oposición, palabra ajena para los llamados “asesores”, “puestos de libre designación” y eufemismos varios que sirven para saltarse el “todos somos iguales ante la ley”.

Y sí, señora diputada, definitivamente “ser profesor es un privilegio” porque viendo como está el ámbito político, no creo que haya profesor alguno que les envidie, que envidie sus formas, sus ingeniosidades, sus bufonadas y el escaso nivel cultural que muchos exhiben porque, ¡oiga!, se puede ser asesor e incluso presidente de gobierno – es lo que tiene la democracia- sin tener capacidad para redactar un texto medianamente ordenado o pronunciar de memoria un discurso de más de tres oraciones. El problema es que el “profesor privilegiado” se encuentra a expensas de las decisiones de quienes, en lugar de defender la educación y a quienes nos va la vida en ello, se dedican a dar bandazos ora eliminando miles de puestos de trabajo, ora privatizando sin orden, ora restando recursos, eso sí, “sin afectar a la calidad”. ¿Si se pueden restar estos medios personales y materiales sin afectar a la calidad, qué sentido tiene el “derroche” de tantos años? ¿No se dan cuenta de que sus proclamas no tienen recorrido?

“Ser profesor es un privilegio”, pero en otro sentido, señora diputada; en el sentido que le muestro y que espero comprenda lo suficiente para no volver a mancillar tan digna tarea.

domingo, 17 de febrero de 2013

Coeducación

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/02/15/actualidad/1360959027_922543.html

"Los chicos con las chicas tienen que estar


las chicas con los chicos han de vivir


y estando todos juntos deben cantar."

Cuando sonaba esta canción del grupo "Los Bravos" (1967) Armstrong no había pisado la luna y este país sufría una dictadura que se extendería durante ocho años más. Aún quedan marcas en algunas escuelas, como cicatrices de aquella educación aberrante, que evidencian la separación del alumnado por sexo en una composición arquitectónica simétrica de una exactitud milimétrica.
Superado ese régimen totalitario y opresor se logró la coeducación, es decir, "no establecer relaciones de dominio que supediten un sexo a otro, sinó incorporar en igualdad de condiciones las realidades y la historia de las mujeres y de los hombres para educar en la igualdad desde la diferencia". De sobra está señalar que el marco normativo (LOE, art. 1,17 y 151) ampara el principio de igualdad entre sexos.
Este, sin embargo, no fue un invento de los padres de la Constitución, ni de los ministros de los distintos gobiernos "democráticos". La República consideraba la coeducación como uno de los pilares básicos de la educación escolar. Algunos intelectuales progresistas y la Institución Libre de Enseñanza, en busca de una renovación educativa, defendieron la libertad de cátedra y una educación ajena a cualquier religión o idea política.
Hoy, con una "democracia consolidada", cuando se han superado muchas barreras ideológicas, -reminiscencias de una época oscura-, algunos seguimos anhelando esa educación de hace décadas mientras otros se afanan en no evolucionar, en volver a formas y métodos que evocan la España más rancia y retrógrada. Mientras tanto se nos viene encima una nueva Ley de Educación que no parece que sea la panacea para los males de nuestra escuela. Desde luego, con estos principios no se puede esperar nada positivo para nuestra educación.
En "Un señor como Dios manda" leíamos: "tantos años de curas y obispos, y tienen que ser los "Beatles" quienes vengan a hablarnos de amor". Pues eso, tantos años de represión y en pleno siglo XXI tenemos que desempolvar el vinilo de "Los Bravos" para hablar de coeducación.


viernes, 15 de febrero de 2013

Artículo 27



A la desconsideración y menosprecio que estamos sufriendo los funcionarios,- la hemeroteca es profusa en muestras-, tenemos que unir estas escenas, cada día más numerosas, que nos dejan sobrecogidos.


Con la que está cayendo, con la confianza que no nos ofrecen aquellos en quienes un día depositamos la nuestra, bien merece nuestra Constitución un buen lavado de cara. Cada nueva Ley de Educación es un “borrón y cuenta vieja” para seguir involucionando en algo tan fundamental. Si el futuro de un país está en la defensa del capital mientras la educación de niños y jóvenes muestra cada vez más carencias, algo está fallando. Y es grave, muy grave.

Pero, ¿cómo vamos a pedir que sean capaces de llegar a un consenso sobre educación, al desarrollo de una legislación medianamente seria, más allá de los sempiternos debates sobre catalanismo y religión, quienes tienen sus miras en otras batallitas? En mi ejemplar de la Constitución Española de 1978 hoy falta el artículo 27. Lo he recortado para regalárselo a alguno de los responsables de este descalabro. Mañana releeré los relativos a “derecho al trabajo”, “derecho a una vivienda digna”…Una poda necesaria en vísperas de la primavera, con la esperanza de que alguna mente lúcida se atreva a hacer una lectura pausada de nuestro “sagrado” texto antes de que se convierta, parafraseando a Góngora, “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”.

http://www.heraldo.es/noticias/aragon/zaragoza_provincia/zaragoza/2013/02/15/detectan_varios_casos_necesidad_alimentacion_alumnos_infantil_primaria_222543_301.html