domingo, 18 de octubre de 2009

Amigo maestro

Para los que no se acuerden de mí, me llamo José Luis, y durante todo el verano me han pedido que escriba. Este año no tengo ganas de escribir, pero mi padre dice que las buenas rutinas hay que mantenerlas. Y como llevo escribiendo desde que empecé Primaria...(Lo de los puntos suspensivos me lo enseño Javier, el profe de lengua; vienen bien cuando..., bueno...).
Este curso voy a sexto, así es que terminaré Primaria. Antes se llamaba EGB porque era Educación General Básica. Y ahora..., ahora no sé.
Os voy a contar un secreto. Lo que viene ahora no lo he escrito yo, se lo he cogido al profe de los mayores, que se le ha caído de la carpeta. Ya sé que esto no se debe hacer, pero es que no tengo nada preparado y ya hemos empezado el curso. Además, seguro que si lo ha escrito es para que alguien lo lea. Por si acaso, por favor, no se lo digáis a nadie, que me la juego.
...
9 de septiembre de 2009
Amigo maestro:
Quizás hoy, a unas horas de empezar el curso, hayas tenido alguna de estas sensaciones. Cuando he decidido que todo estaba en orden, de pie, apoyado sobre mi mesa, he contemplado la escena. Delante, catorce pupitres vacíos. Mañana, a las nueve y media, estarán ocupados por catorce chavales; con sus miedos, sus esperanzas, sus recelos, mucha ilusión y el sueño natural del primer madrugón del curso.

Quizás tengan su momento de "parálisis" o, como ya son asiduos de este centro, quizás vengan revoltosos, aunque solo sea por tapar su timidez. Sea como fuere, me veo en este escenario con el mismo miedo y la misma ilusión que hace años cuando me enfrenté por primera vez a semejante vacío. Quizá más.

Me van a auscultar con la maestría de un médico viejo, van a medir cada uno de mis movimientos intentando divisar algo de lo que se les viene encima. Y no verán nada, porque ni yo mismo lo sé, nadie lo sabe. Y esa es la gloria de ir escribiendo cada día una página de tu propia historia y la del grupo con el que vas a convivir codo con codo durante diez, espero que cortos, meses.

Como adolescentes que son buscan un referente y no se conforman con cualquiera. Los modelos que les presenta la sociedad no les disgustan, pero ellos y yo sabemos que necesitan algo más; alguien que les enseñe a dar pasos y equivocarse, a vivir en el sentido común y en la fantasía cuando llegue el caso, a sentirse únicos e indivisibles, protagonistas o invisibles dependiendo del día.

Y no es fácil; los retos no lo son. En algún momento podremos hacer senderismo por el camino llano, pero la mayor parte de la ruta habrá que calzarse los crampones, ponerse en cordada y tirar por la vertical.

Si tú, amigo maestro, has vivido alguna de estas sensaciones quizá comprendas este vacío.

10 de septiembre de 2009
Me ha llamado Ana, la mamá de Noelia. Hace unos meses nos pusimos en tarea para que su hija no perdiese el curso por la enfermedad; bastante tenía. Y lo hemos conseguido, y hemos conseguido que otros niños enfermos tengan más horas de clase en sus domicilios.

Me dice que guarda con cariño el libro que le regalé. Una prueba más de que la lectura, no me canso de repetirlo, es una de las mejores terapias, especialmente indicada para la soledad: “Una hora de lectura todo lo cura”.

7 de octubre de 2009
¡Cómo pasa el tiempo! El primer mes del curso se fue como una exhalación. Atrás queda la siempre “costosa” puesta en marcha: adaptación al nuevo horario, burocracia,... Al fin, nos vemos en la maravillosa rutina del día a día, enredando y desenredando estas catorce vidas que nos toca vivir, con sus angustias y sus temores, con su ilusión y el descubrimiento de una nueva sensación: el corazón, además de latir, es capaz de enamorarse. En nuestra intención está el intento de ser su referente para que un día, no muy lejano, cuando elijan el papel que van a interpretar en su vida laboral, recuerden una experiencia, una frase, una palabra, un gesto nuestro que les emocionó. Como nos pasó a nosotros cuando decidimos que queríamos vivir y disfrutar de esta tarea como lo hacían nuestros maestros. Y así es...

...
A ver si el próximo curso, cuando esté en eso que llaman ESO (es un juego de palabras), os escribo más pronto y sin copiarme de nadie. Y a mi profe, si lo lee, que me perdone. (José Luis).

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