Cuántos ejemplos de lo que no se debe hacer, tanto por parte de alumnos como de padres o autoridades "competentes". Hacen falta muchas más voces como las de Emilio Calatayud para poner un poco de orden y cordura no sólo en las aulas, sino en la sociedad en general. Volvemos al viejo razonamiento: los niños y adolescentes son un reflejo de la sociedad en que viven, pero saben que están obrando mal, ¿de quién es la responsabilidad? Los padres se declaran impotentes o, caso más frecuente, disculpan y justifican a sus criaturas. ¿Por dónde empezamos a arreglar esto? Hay demasiados frentes abiertos. ¿Nadie tiene poder y sensatez para eliminar de la televisión tantos programas vergonzosos y perniciosos? Y no me vengan con la libertad de expresión, por favor, hay límites que nunca deben sobrepasarse. ¿Quién debe ponerlos? Debería ser la mayoría de la sociedad, esas buenas personas que presuponemos que existen, la que borrara de la pantalla esos programas infumables llenos de personajes impresentables. Me resisto a creer que tantos millones compartan ese mal gusto. ¿Y las leyes, las educativas y las otras? ¿Quién legisla tantas barbaridades? Vaivenes, cambios, indecisiones, y cada cual que haga lo que pueda en su pequeña parcela. Hay miedo a tomar decisiones duras, a ser impopular, a no saber qué hacer. Hay muchas personas sensatas a las que nadie escucha porque parece que no interesa. No hace mucho emitieron en Antena3 un programa dedicado a la educación. Un periodista dijo que el problema era que los profesores no sabemos motivar a los alumnos, que se aburren en clase, y nadie protestó, sólo hubo pequeños reparos. Me pongo de muy mal humor viendo estas cosas. Parece que nos arrastra un tsunami contra el que no podemos nada. Me siento triste, lo siento. E indignada, pero sé que mañana iré al colegio con mis tareas preparadas y que trataré de enseñar y ayudar a mis alumnos como siempre. Un saludo.
Cuántos ejemplos de lo que no se debe hacer, tanto por parte de alumnos como de padres o autoridades "competentes". Hacen falta muchas más voces como las de Emilio Calatayud para poner un poco de orden y cordura no sólo en las aulas, sino en la sociedad en general. Volvemos al viejo razonamiento: los niños y adolescentes son un reflejo de la sociedad en que viven, pero saben que están obrando mal, ¿de quién es la responsabilidad? Los padres se declaran impotentes o, caso más frecuente, disculpan y justifican a sus criaturas. ¿Por dónde empezamos a arreglar esto? Hay demasiados frentes abiertos. ¿Nadie tiene poder y sensatez para eliminar de la televisión tantos programas vergonzosos y perniciosos? Y no me vengan con la libertad de expresión, por favor, hay límites que nunca deben sobrepasarse. ¿Quién debe ponerlos? Debería ser la mayoría de la sociedad, esas buenas personas que presuponemos que existen, la que borrara de la pantalla esos programas infumables llenos de personajes impresentables. Me resisto a creer que tantos millones compartan ese mal gusto.
ResponderEliminar¿Y las leyes, las educativas y las otras? ¿Quién legisla tantas barbaridades? Vaivenes, cambios, indecisiones, y cada cual que haga lo que pueda en su pequeña parcela.
Hay miedo a tomar decisiones duras, a ser impopular, a no saber qué hacer. Hay muchas personas sensatas a las que nadie escucha porque parece que no interesa. No hace mucho emitieron en Antena3 un programa dedicado a la educación. Un periodista dijo que el problema era que los profesores no sabemos motivar a los alumnos, que se aburren en clase, y nadie protestó, sólo hubo pequeños reparos. Me pongo de muy mal humor viendo estas cosas. Parece que nos arrastra un tsunami contra el que no podemos nada.
Me siento triste, lo siento. E indignada, pero sé que mañana iré al colegio con mis tareas preparadas y que trataré de enseñar y ayudar a mis alumnos como siempre.
Un saludo.