sábado, 30 de abril de 2011

Su Excelencia

Tacita a tacita alguien va a acabar por convencernos de que la causa del deshielo es del Presidente Zapatero. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta? Bueno, sí, nos dimos cuenta el 15 de marzo de 2004, pero qué mala es la gente que en 2008 siguieron apoyando su gestión. Eso sí, hasta que un buen día, él solito y de un plumazo hizo añicos la economía mundial.
Ahora, que ha anunciado su retirada, ya estamos más tranquilos pues la derecha viene pegando fuerte con inciativas sublimes como la que hace la Presidenta de la Comunidad de Madrid, que tan pronto suelta un "h..de p..." como pasa olímpicamente de responder a preguntas incómodas.
¡Eso es lo que necesitamos: un Bachillerato de Excelencia! Habría que llamarlo de Su Excelencia, si no fuera porque se aupó con los del "no a todo", y ahora con Telemadrid repartiendo a diestro y siniestro; bueno, a siniestro mejor dicho, se puede permitir lanzar este tipo de ocurrencias que nos dejan temblando a los que andamos por estos lares.
Así, mientras los verdaderos artífices de este desaguisado, -no olvidemos que las competencias en educación corresponden a las Autonomías-, campean a sus anchas hablando de excelencia y otras lindezas, ya se han cubierto las espaldas desviando los dardos contra el mal de todos los males que nos acechan encarnado en la persona del Presidente Zapatero.
Pues sí, estoy de acuerdo en que hay que dejar claro que quien no estudie como es debido no se le manda a la Universidad sino al cuerno, aún siendo estos el 90%. Vamos, que la semana pasada no estábamos por expulsar del aula a más de dos alumnos y ahora nos atrevemos con el 90%. Va a ser que nos quedamos como estamos, tragando carros y carretas, pero nos vendría bien que otros hicieran el trabajo por nosotros. Va a ser eso.
Hemos conseguido, quizás no del todo, que a los pedagogos no se les llame "pedabobos" y a los psicólogos "psicobobos"; que ya no es exactamente aquello de que "la pedagogía es una mierda" y que "la EpC" no sea el anuncio del fin de los tiempos.
Pues bien, ahora tenemos que aplaudir o pitar esta ocurrencia de Esperanza Aguirre. Y personalmente la aplaudo, sí, no por la propuesta, sino por exponerla sin rubor, mientras otros muchos siguen reclamando con la boca pequeña esta y otras barbaridades, pero prefieren ser políticamente correctos, no vaya a ser que piensen de ellos "lo que no son", y sigan apareciendo como ilustres servidores de la patria. Eso sí, ganando tropecientos mil, privatizando la sanidad, inaugurando baldosas, librándose de la justicia porque "prescriben" sus ´presuntas´tropelías, agarrándose al terrorismo (otra vez), o premiándose entre ellos con "honoris causa" y chirimoyos. Y nosotros aquí, luchando a brazo partido, denunciándolo de foro en foro. Para que luego digan que somos conformistas. ¡Ay, si Dani "el Rojo" nos leyera...!, ¡cuánto iba a aprender de nosotros!

domingo, 24 de abril de 2011

lo que no se negocia

No, no nos pagan por eso, nos pagan por enseñar. Por eso, tenemos derecho y debemos exigir el poder realizar nuestro trabajo en las mejores condiciones. Tengo que educar, no tengo que aguantar a los alumnos.
Claro que “enseñar” y “educar”, en mi modesta opinión, no se reduce a los contenidos, sean estos raíces cuadradas o subordinadas de relativo. Si no estamos de acuerdo en esto, no vamos a estar de acuerdo en nada más. Lógicamente, los valores en los que debo educar no son los mismos en Educación Infantil que en Bachillerato. A medida que el alumno madura hay “temas” que se deben dar por supuestos, como debe darse por supuesto que en Educación Secundaria ya sabe leer y escribir, aunque sea mucho suponer. ¿Si no sabe leer y escribir de quién es la culpa?, ¿Y si no guarda silencio en clase, de quién es la culpa? ¿Por qué hay grupos que en unas clases están en silencio y en otras no paran de hablar? Y no, no es por miedo…Saben a quien pueden “torear” y a quien no, van a medirte desde el primer día para saber hasta dónde eres capaz de aguantar, Y si llevas un año con ellos y no te dejan dar clase, tenemos un problema.
¿Quién le inculca al niño el hábito de estudiar, de comer a la misma hora o de lavarse los dientes?, ¿quÍen el de escuchar en clase, esforzarse, respetar a los compañeros…?
Bien es cierto que el alumno que en su casa no tiene normas, no va a cumplir las del Centro, ni tampoco las de la “calle”. Ahí aparece el listillo que te dice “no hago caso a mi padre y te lo voy a hacer a tí”. Muy bien, voy al RRI y veo lo que dice sobre faltas de respeto al profesorado, abro un expediente, lo tramita la Comisión de Convivencia y se va a su casita 20 días. Si no funciona me lo dices, pero antes de opinar, es bueno probarlo. “Quien lo probó lo sabe…”
Nunca he dicho que haya que aguantar, sino que la tarea de educar abarca más allá de los contenidos. Y si alguien piensa otra cosa diferente, quizás se ha equivocado de profesión. Las tuercas de los coches no protestan, no interrumpen, no tienen que atarse los cordones ni se hacen pis; los niños sí. Pero eso ya lo sabíamos.
En la Universidad ya damos por supuesto que el alumno sabe atarse los cordones de los zapatos y salir del aula por la puerta y no por la ventana. Entonces sí, es lógico que los contenidos ocupen el 100% de la tarea. En Educación Infantil es otra historia.
¿Cómo voy a explicarle a un chico de 14 años lo que es potencia de una potencia si ese día no ha desayunado? Será más aprovechable para ambos que le dé un vasito de leche y una tostada, ¿no?
Cuando una clase no funciona, sea por lo que fuere, lo que no procede es empeñarse en seguir metiendo contenidos con calzador. Antes solucionaremos los problemas que haya. A nadie se le ocurre reparar el motor de un coche yendo a 140 por la carretera. Paramos, reparamos y continuamos. Siempre vale la pena “perder” una hora o tres días, que todo un curso. Y no hablo de negociar, no; yo no tengo que negociar nada, porque la disciplina, el esfuerzo y el respeto no se negocian.

jueves, 21 de abril de 2011

jueves "santo"

Un día como hoy, 21 de abril, jueves santo y luna llena, nació la reina Católica "Isabel de Castilla". ¡Qué coincidencia! No tanta, si consideramos que el plenilunio siempre se asoma a la Semana Santa con extraordinaria puntualidad. ¿Milagro? Tampoco. Tenemos que hacer la cuenta al revés; es decir, esto ocurre porque la Semana Santa ha de coincidir con la primera luna llena de la primavera. De ahí que cada año se celebre en fechas diferentes.
Esto explica por sí mismo la existencia de fiestas paganas anteriores. Y si no ¿por qué había de ceñirse la iglesia a tan trivial evento como son las fases de la luna?
Ahora es más fácil comprender por qué la festividad de San Juan coincide con el solsticio de verano, la Navidad con el de invierno, tantas fiestas populares con la recogida del grano o la vendimia, y otras con la floresta.
La semana santa obedece, cada vez más, a una estrategia de márketing, como el Camino de Santiago-cuya evidencia histórica nadie es capaz de explicar-, o las numerosas manifestaciones sincretistas. Lo religioso y lo profano se manifiestan de la mano en una representación singular. Así vemos procesiones, verdaderamente surrealistas, donde conviven la iglesia, los partidos políticos, las asociaciones de todo tipo y hasta el ejército. Y todo en un supuesto clima de religiosidad, casi misticismo, aderezado con música e incienso, también gritos, llantos y desgarros, que se elevan al cielo en una apoteosis indescriptible y, si no fuera porque lo hemos visto, increible.
Resulta curioso que en pleno siglo XXI aún no hayamos aprendido a desligar esta pasión tan demedida como respetable,¡faltaría más!, de nuestro quehacer diario.
¿Cómo es posible que el calendario religioso sea el que marque nuestra vida, nuestro trabajo...?,¿tiene que obedecer el calendario escolar más a motivos religiosos que pedagógicos?,¿en qué cabeza cabe? Cabe en la cabeza de políticos, empresarios, y de un iglesia que no escatima esfuerzos en mantener su hegemonia sobre nuestras vidas, recordándonos, día sí día también, qué debemos o no hacer, cuando su jerarquía es uno de los modelos menos apropiados para hablar de valores y democracia.
Digamos que, si bien no tratan de evolucionar, sí que van ajustando sus normas a sus necesidades, eso sí, invitándonos contínuamente a que los demás las respetemos. Así, hoy ponen o quitan el limbo, o añaden más leña al infierno según convenga.
No hay gobierno capaz de aventurarse en una reforma que permita a la iglesia proseguir en su "empeño" de autofinanciarse, pagar a los profesores que nombran a dedo, denunciar tantos y tantos despropósitos cometidos por una jerarquía que se mueve en estructuras medievales y que, una vez olvidado el Vaticano II, no parece estar por la labor de asumir su papel y dejar que los demás asumamos el nuestro como nos venga en gana.
Estos días ocupan nuestras calles con peculiar fervor, como a diario ocupan los centros educativos, gozan de privilegios para crear sus universidades con nuestros impuestos, y disfrutan en ese limbo donde se sienten protegidos y, por si fuera poco, con derecho a opinar sobre nuestras vidas.

Comentarios

Yolanda dijo...


Ya cansa volver a hablar sobre el papel de la iglesia católica en la actualidad, no podemos dar argumentos nuevos, sólo queda seguir indignándonos y asombrándonos de su tremenda influencia. Chupan de nuestros impuestos, ocupan horas lectivas con su doctrina, nos imponen su presencia en los actos más inverosímiles... ¿Cuándo van a implantar de una vez un calendario escolar razonable y no sujeto a las fases de la Luna, a estas alturas del siglo? Total, sólo hay dos días realmente festivos, jueves y viernes. ¿A santo de qué viene alargar tanto el periodo de procesiones y demás? Puro marketing, excusas para gastar. ¿Cómo lo hacen en el resto de Europa? Por lo que sé, empiezan antes, en agosto, pero cada mes y medio o poco más tienen dos semanas de descanso, un sistema mucho más racional que el nuestro, y no me consta que los padres se quejen de qué hacer con los niños durante esos días. ¿Tan diferentes somos? Aquí volvemos a clase el martes 26, pero en algunas Comunidades lo hacen el 3 de mayo, qué barbaridad... Un segundo trimestre larguísimo y un tercero que se queda en nada. ¿Es eso pedagógico? ¿A quién beneficia, salvo a los hosteleros y agencias de viajes? Deberíamos cortar en marzo y empezar antes en septiembre. Habrá quien no lo comparta, pero este calendario actual es de locos.

Un saludo.
viernes, 22 abril, 2011




sábado, 9 de abril de 2011

del pasado y otros tiempos

Parece que vamos llegando a acuerdos, y lo celebro inmensamente. Quizás sea ese el punto medio, donde se encuentra la virtud, el no rechazar ningún recurso, el valorar lo bueno de los modelos tradicionales y estar al día en lo que los nuevos siglos nos demandan. Ni se puede prescindir de las clases magistrales, según, cómo y cuándo; ni se puede rechazar de plano la Pedagogía, ni se puede criminalizar a las TIC.
Los recursos son eso, medios a nuestra disposición y no objetos dogmáticos que nos obliguen a la sumisión. Tardó en entrar la prensa en el aula; recuerden cómo se criticaba a los primeros atrevidos en ir al colegio con un periódico bajo el brazo (¡no te digo nada si era El País!); y ahora es inconcebible no trabajar con este recurso, tan reciclable que puedes utilizarlo en clase de lengua y, después de otras muchas materias, acabar en el aula de música crearndo nuevos sonidos, con las palabras primero y con el papel después.
Igualmente, resultaba impactante, ya menos, aparecer en el centro con el ordenador bajo el brazo. Los compañeros te miraban raro; hasta que un buen día, alguno más atrevido se asomó a la pantalla y entendió por qué no utilizabas el libro de texto, la facilidad para tener datos precisos de la evolución y necesidades del alumnado, la compilación de recursos para su uso inmediato,...y además ahorrando papel y evitando peso innecesario.
La pizarra digital se acabará imponiendo, algunos avances mediante, a la tiza. Y eso, nos guste o no, es inevitable y no ha de ser traumático para nadie. El libro de texto tiene sus días contados, las propias editoriales ya nos ofrecen la versión digital, que algunos ya habíamos creado de modo artesanal.
¿Y esto es bueno o malo? Todo dependerá de en qué manos y en qué cabecitas caigan, como la prensa hace dos décadas o el proyector de diapositivas hace cuatro, o el ábaco o el pergamino.
Los educación no pertenece al pasado, sino que se debe al futuro; por eso no es menester que permanezca anclada en fórmulas que hace siglos fueron magistrales pero hoy han quedado obsoletas. Y eso mismo ocurre con los recursos. Y ambos van de la mano; tenemos que procurar una educación de acuerdo a las necesidades de hoy, no a las de la edad media, y disponer de unos recursos adecuados a esa demanda de futuro, no a lo que en el pasado "funcionó".
Porque es verdad que "cualquiera tiempo pasado fue mejor", pero no por bueno, sino por pasado. Y la educación debe mirar al pasado lo justo...y necesario.

es muy elás-"TIC"-o

Quiero insistir en que el problema no es el recurso, sino el uso que de él hagamos. La televisión es un buen o mal recurso dependiendo para qué la utilicemos. Ahora, lógicamente, se habla más de Internet, pero la reflexión es la misma. Si yo inculco en mis alumnos el buen uso de la red, ellos sabrán cuándo y cómo utilizar cada una de las posibilidades que les ofrece y cuáles no deben usar jamás. Claro, si un niño va a una biblioteca a arrancar las páginas de los libros, o en casa los utiliza para calzar el DVD, posiblemente no sea lo más correcto. Por eso me parece adecuado el último punto propuesto por el Parlamento Navarro: “Utilizar eficientemente los muchos medios técnicos disponibles”.
Existe una opinión, a mi entender disparatada de que “el empleo de las TIC´s puede ser antieducativo”. Supongo que quienes eso defienden, es una intuición, tampoco han querido saber nada de la prensa en la escuela, o la TV y otros recursos. Las TIC´s como recurso, en el s.XXI, desde mi punto de vista son indispensables. Entre esta opinión y la anterior hay, evidentemente un abismo. Ese abismo abarca, por tanto, dos modelos de escuela: el que quiere mantener la escuela en lo que ha sido durante siglos y el que pretende que la escuela no se encuentre desfasada respecto de los distintos avances, en este caso, tecnológicos.
Entiendo que no solo ha de enseñarse informática, sino que yo, como profesor, tengo que ser capaz de manejar estos recursos con sultura. Y no porque me obliguen, sino porque son un excelente complemento a mi labor docente.
Como he dicho en otro momento, las TIC´s no van a resolver los problemas del mundo mundial, pero si nos aportan una valiosa ayuda.
La escuela no es, no debe ser ajena, a lo que ocurre fuera de ella.
Por solo poner un ejemplo de por qué los docentes debemos conocer las TIC´s. Bastaría con retomar una clase de arte de hace 20 años y compararla con una actual en la que se empleen las TIC´s. Cualquiera que haya asistido a las dos no necesitará más argumentos. ¿Qué profesor que conozca los recursos de la pizarra digital es capaz de decir que eso es “antieducativo”? ¿Quién que haya participado en un foro sobre la poesía de Machado, que haya visto películas creadas a propósito sobre su periplo en Soria o en Baeza, que haya escuchado a Serrat sobre un vídeo con imágenes seleccionadas para tal o cual poema me va a decir a mí que eso es “antieducativo”?
¿Quién que haya visto cómo se trabaja desde Ed. Infantil el reconocimiento de formas, la caligrafía, la orientación espacial…, me dice que es “antieducativo”? ¿`Quíén que haya visto en programas creados para ello, cómo se construían las catedrales, me va a decir que eso es “antieducativo”?
Me temo que habrá de pasar un tiempo hasta que conozcamos el grado de importancia de las TIC´s en educación. No más, en cualquier caso, que lo que tardamos en su día en darnos cuenta de los perjuicios de la Enciclopedia Álvarez o la “letra con sangre entra”. Pronto tendremos resultados, y no serán los que nos cuenten los políticos pues cada uno, como dije, hará las cuentas según sus intereses, como hacen con el resto de asuntos. La educación para el político es solamente un banco de votos antes de las elecciones. Luego, ya lo hemos visto, apenas existe. Y como no hay resultados empíricos, de momento, cada uno opinará lo que estime conveniente.
Claro que, quienes hablan de “clase tradicional” no sé a qué se refieren. ¿A no utilizar todos los recursos que tenemos a disposición? Entonces no me gusta la clase tradicional.

miércoles, 6 de abril de 2011

su "excelencia"

Lo primero que me ha venido a la mente con la ocurrencia de Esperanza es la cantidad de enteradillos en educación que estarán dando palmas, de alegría, con las orejas. ¿No es eso lo que querían? Ya que los alumnos “malos” no se quedan en su casita, nos llevamos a los buenos, y que les den.
Ya ven, aquí largando día y noche y la solución la tenía la siempre ocurente presidenta. Pues nada, recojamos firmas para que el próximo curso se hagan bachilleratos de excelencia, ¿qué digo?, secundaria de excelencia e incluso primaria de excelencia. Es más, deberían ya separar a los niños de educación infantil. Vamos, que el que no sepa atarse los zapatos con tres añitos, llore o se haga pis, que se fastidie, que a sus amiguitos que saben contar hasta 7 los llevaremos a una EI de excelencia. ¿Cómo se llamaba esta cosa de separar-seleccionar- a las personas?…no me acuerdo.

sábado, 2 de abril de 2011

amigo "no-pedabobo"

(Dedicado con todo el cariño a los compañeros "no-pedabobos", poseedores de la verdad absoluta sobre educación, que se arrogan la capacidad de etiquetar e incluso insultar a quienes cometemos cada día el "delito" de educar).

Estimado amigo “no-pedabobo”:
Me congratula dedicarte mi valioso tiempo cuando, como en tu soberbio discernimiento presumirás, no he otro menester que entretener mis horas filosofando sobre el relativismo, el krausismo y el impresionismo (esta última para impresionar).
La coyuntura, es decir, la contingencia, me apremia, y como quiera que “progres” y “logsianos” han devenido en los nuevos reinantes leviatanes, mi oficio no ha de ser otro que allanar caminos, deshacer entuertos y revelar mis postulados, incontrastables e indiscutibles por demás; siendo que de este modo, llamado así procedimiento, consumaré este noble ejercicio de inspirar, esclarecer y elucidar.
Al igual que este dócil y seráfico servidor, amigo “no-pedabobo”, sabes de aquellos que aluden a la empatía con el discípulo, razón por la cual he determinado bautizarlos como “pederastas”. ¿Hay, acaso, adjetivo, calificativo, o adjetivo calificativo más certero? Bien sabes, amable coadjutor, que “en realidad, cuando critico algo, no personalizo, entro directamente al mensaje”. Por ello, si les denomino con ese apelativo de “pederasta” es evidente, patente, palpable y manifiesto que no personalizo. Si alguien osara interpretarlo de otro modo es por su condición de “predicador” o “progreta”.
No quiero dejar pasar tan venida ocasión para ahondar en el término “paidocentrismo”, ajeno en todo término a nuestras creencias e hiriente cual venablo para quienes profesamos el noble oficio de enseñar, que no “educar” como dicen ellos. ¿No es un barbarismo, en el sentido inhumano y salvaje, proclamar ese vocablo venablo en nuestros centros educativos? ¿Por qué ha de ser el alumno el centro de la educación? ¿Es tal vez el paciente el centro de la medicina, el objeto de sus investigaciones, de sus desvelos? No, amigo “no-pedabobo”, vuestra eminencia y este rendido servidor, conocedores de la virtud y poseedores de un acervo cultural que derramamos allí por donde transitamos, somos sabedores de que el centro, el eje, el foco de atención ha de recaer, ¿dónde si no?, en el docente, es decir, en nuestro santo ombligo. Y es bien cierto que aquello otro es adyacente, sometido a su caprichosa voluntad, rotando en pos de su centro de gravedad. No procede lo que el alumno aprenda, o aprehenda como ellos vociferan, sino que el institutor disponga de una tarima desde donde irradiar su erudición y no entrar en si el discente se aproxima o no a discernir lo que se divulga, despliega y desarrolla.
Preguntan estos “ignorantes”: ¿Qué daño hacen a vuestros vírgenes tímpanos vocablos como cooperación, implicación, solidaridad o tolerancia? Tanta estulticia les impide apreciar que esas voces obedecen a lo mismo que antes atribuimos a “predicadores” y “pederastas” Su simpleza les imposibilita para ver que no cabe en un sistema educativo eficiente tal vocabulario. ¿Por qué ha de educarse en el trabajo cooperativo? Eso es parte de la conspiración judeomasónica del gobierno, recibido a su vez del ideario de la república y tomado, sin duda, del oscurantismo de los perseguidores de los primeros cristianos que lo heredaron, es archisabido, de la cultura paleolítica.
Sabemos, amigo “no-pedabobo” que dios nuestro señor reparte las virtudes a partes iguales, a los “predicadores” ese vocabulario simplón y menguado, y a nosotros, sus elegidos, la capacidad de insultarles por cuanto de su boca salga, sean ya falencias o bendiciones. No dejes en el olvido que “Los predicadores humanistas son legión en los centros y combatir contra ellos es tarea prácticamente imposible”.
Así mismo he de decirte que “siendo conveniente la cooperación, el trabajo en grupo no se puede enseñar en el colegio”. Los “pedabobos”, en su ignorancia, desconocen que eso ha de aprenderse, ¡dónde mejor!, en las reuniones de botellón. ¿O no es el calimocho el mejor ejemplo de colaboración? En tanto un discente aporta el vino, el otro añade la cola (el refresco de cola, que todo es menester aclarar a tanto “ignorante”). Dicho esto, cualquiera puede comprender a qué nos referimos, a excepción de los impresentables que parlotean de Pedagogía y no de Filosofía como es menester.
A este propósito quiero revelarte mis últimos estudios sobre Pitágoras, dado que me hallo en una paradoja, pues no acierto a comprender desde mi profundo ateismo esto de “"Preciso es encontrar lo infinitamente grande en lo infinitamente pequeño, para sentir la presencia de Dios.". No obstante, ya conoces nuestra táctica, obviamos aquello que pudiera entorpecer nuestros razonamientos, y tomamos solamente en consideración aquellos retazos que así podemos acomodar a nuestra prédica. Como quiera que, personalmente, soy más amigo del concepto he venido en dar validez a Kant: “En el mero concepto de una cosa no puede hallarse ningún carácter de su existencia”. Ellos son desconocedores de estos extremos porque ignoran cualquier planteamiento filosófico aunque “como ya decía Aristóteles, todos somos filósofos, hasta el que niega serlo”. Más alejado aún me hallo de Virgilio que afirmaba “Instruir como se debe a la juventud, es formar buenos ciudadanos y padres de familia”. ¿Cabe mayor necedad? ¿No se presumía ya Virgilio como antecesor de la ignorancia “progre”? Mis datos, amigo “no-pedabobo”, observarás, gozan de toda objetividad y no admiten observación, crítica o interpretación alguna. Es la verdad absoluta, incontestable, irrefutable, irrebatible, innegable, incontrovertible, indiscutible incontrastable y no biodegradable.
Hay determinados “predicadores” que aún siguen pensamientos tan descabellados como incoherentes, tan imprudentes como excesivos, alegando que hay vida más allá de la clase debidamente sermoneada, en alusión a la práctica:”Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo.”. En tan poco tiempo jamás leí tantas estupideces. Sus textos “no dicen nada, excepto vaguedades, divagaciones, extravagancias, en fin, humo: respeto, solidaridad, valores, participación…”
Te expongo así mismo una de mis argumentaciones contra la progresía que nos inunda: “Si la ONU tomara una resolución que, en nombre de los Derechos Humanos, decidiese exterminar a todos los miembros de una raza del planeta, los liberales y progresistas europeos aplaudirían entusiasmados”. Que digo yo que, del mismo modo, si los buitres tuvieran ruedas el pan sería más barato”. ¿Observas cual es mi línea argumental? En caso fallido, siempre puedo acudir directamente al insulto, del que te dejo unas muestras: “… no voy a caer en el suplicio de responder a cada una de sus soberanas sandeces. Si usted cree que este galimatías y esta jungla de chorradas que me trae son propios de una persona en sus cabales, es que usted está peor de lo que pensaba, que ya es decir. No sólo es usted ofensivo, provocador, tonto y marrullero. Es también monotemático, obsesivo y más repetitivo que el ajo.
Se le lee porque es usted el heraldo de la necedad que hoy nos aflige. Porque es usted uno de los portavoces de la necedad que algunos nos vemos en la obligación moral de combatir.”
¿No es el insulto, acaso, el mejor argumentario?
Huye de esta “jerga paranormal docente” por más que el propio Erasmo asentase: “El colmo de la estupidez es aprender lo que luego hay que olvidar.” Y hasta el mismísimo Einstein:” Educación es lo que queda después de olvidar lo que se ha aprendido en la escuela”.
Otro intelectual que origina esta corriente de “predicadores” es Howard G. Hendricks, capaz de semejante aforismo: “La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.” Ahí tenemos otra prueba de que “el sistema educativo actual es un sistema pederasta de por sí”.
El propio Platón afirma “El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano”.Esto no cabe en cabeza alguna si no es de “irónico patán” como estos “predicadores”.
En todo caso, y siempre que fuera necesario, te invito a ir más allá del insulto “debemos ejercer con rabia nuestro negativa a toda esta mierda, debemos insultarlos, mandarlos a tomar viento, debemos ejercer la violencia”.
“Pedabobos de mierda, el día que sepáis qué dice el teorema de la función implícita me decís como enseñarlo, que ese día os diré yo como usar el teorema para explicar por qué se doblan las vigas. Sindicatos chupaculos y ladrones del sudor del los trabajadores, poneos a trabajar, a mí no me representáis.”
“He aquí la cheka pedagógica. Una vez más los psicagogos venden su tiranía, sus objetivo de someternos a su planes y programas, es decir, a sus intereses gremiales, como una sublime intención de mejorar la calidad de la enseñanza, y quien no haga genflexión será considerado un docente fascista, casposo, retrógrado, rancio”.
“El estilo estalinista, ahí le has “dao”, eso es lo que está haciendo estragos.”
(Entre el crack del 29 y el inicio de la Segunda Guerra Mundial pasaron 10 años).
Esta es otra de nuestras estrategias predilectas, aludir a cuantos apocalipsis fueran precisos para convencer de nuestros principios a tirios y troyanos.
Te muestro estas otras perlas de mi reflexión conmigo mismo:
“El tema de la vocación, del carácter misionero del docente, ya ha salido en más de una ocasión en este foro. Yo no tengo especial vocación para esto y con toda sinceridad fue el paro y unas condiciones labores indignas, las que me llevaron a hacer el esfuerzo de opositar . Preferiría dedicarme a otra cosa, pero de eso que me gusta (escribir sobre música, traducir, hacer el zángano,…) es imposible vivir y ya tengo una edad lo suficientemente pasada como para que no me contraten para nada. Dicho esto, me parece absurdo introducir términos sujetivo-teológicos (vocación, amor, entrega,..) en una realidad objetiva en la que no proceden este tipo de consideraciones. ¿Vamos a introducir en el procedimiento selectivo de un trabajo el índice de vocación? ¿De qué manera (un tribunal de psicólogos)? ¿En qué trabajos? Absurdo, absurdo.”
¿No es por tanto, más sensato que el docente resulte de un frustrado proyecto de vida, que resulte de un desengaño por no haber podido, o no haber sido capaz de acceder a sus propósitos, que aquellos que siempre desearon dedicar su vida a la educación? ¿ No es más justo que el ejemplo de docente sea este compañero malogrado y no aquellos que han tenido los arrestos de renunciar a otros trabajos, quizás con mejor salario y condiciones laborales, para dedicarse a lo que verdaderamente aspiraban? ¿No es más evidente que el docente íntegro y virtuoso provenga de la palabrería de los foros, de la prédica barata, y no de la crítica y el enfrentamiento con aquellos a quienes nosotros solo osamos mentar en la barra del bar? ¿Quién no entiende esto? En suma, el mejor docente ha de ser producto de la decepción, la contrariedad, la desilusión, el desaliento y la amargura.
Es, considero, el modo único de prescindir de estos sintagmas:
“…”carencias de cualquier tipo”…. “ambiente adecuado”… “plus de implicación”… ¿Alquien entiende realmente a qué se refiere este sujeto? ¿Es un chamán, un predicador, un pederasta?”
“Este es el discurso apropiado, sin zalamarías, ni sutilezas, sin mariconadas, que es lo único que son capaces de entender estos sádicos, corruptores de niños, auténtica lacra social”.
¿Qué profesor en su sano juicio puede afirmar que “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él.” Como kantiano que soy, jamás aceptaré ese principio tan nefasto. Y como aristotélico aqueste otro:”Aprendemos, o por inducción o por demostración. La demostración parte de lo universal; la inducción de lo particular.”
Turgot, que a buen seguro es otro “pedabobo” se atreve a dogmatizar: “El principio de la educación es predicar con el ejemplo”. En tanto que Joubert, otro más, manifiesta que “Los niños necesitan más de modelos que de críticos.
De todos es sabido que “la pedagogía me merece, en cuanto que pretende ser ciencia, tan poco respeto como la cartomancia o la adivinación”. No así la filosofía, cuyo saber está asentado, para general conocimiento, en los más severos y rigurosos procesos científicos, a semejanza, solo por poner un ejemplo, de la vacuna contra lel sarampión. En resumen: “la pedagogía no es una ciencia, que es una puta mierda”.
Aquellos que se enfrascaron con pasión desmedida en criticar la guerra de Irak, tan justa como que es patente y notorio que aparecieron aquellas armas de destrucción masiva, quieren ahora “darnos lecciones” (esta expresión también la inventan ellos, la propia RAE no la admite, ¡qué incultura!), de progresismo con esta guerra de Libia, impidiendo que el demócrata Gadafi pueda seguir masacrando a la población sin misericordia. Verdaderamente hay ocurrencias que caen por su propio peso.
Podría seguir durante horas deshaciendo con mi extraordinario argumentar, como percibes, todas y cada una de las propuestas de estos “chekistas”, “estalinistas” y “pedabobos”, con quienes no merece perder nuestro valioso tiempo ni para insultarlos. Bueno, para eso sí. Y como he referido más arriba, si es preciso, hay que recurrir a la violencia. Este es el método más propio de un docente, como todo el mundo sabe.
Mis atenciones para ti amigo “no pedabobo” y ánimo en la lucha, la victoria es nuestra, de los poseedores de la verdad absoluta, por los siglos de los siglos. Amén.